El escándalo sigue vivo en el ambiente del fútbol colombiano, especialmente para el Atlético Bucaramanga, que no solo ha tenido que lidiar con su eliminación de la Liga Betplay II 2024, sino que ahora se encuentra en medio de un mar de controversias y sanciones.
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Las consecuencias de la protesta
El equipo santandereano, después de su salida de los cuadrangulares finales, ha afirmado que las decisiones arbitrales fueron determinantes para su eliminación. El técnico Rafael Dudamel y el mediocampista Fabián Sambueza han sido claros en sus críticas, lo que ha llevado a una serie de sanciones que han encendido aún más los ánimos.
Castigos para el cuerpo técnico y jugadores
Dudamel ha sido duramente castigado con un mes y medio de suspensión de toda actividad relacionada con el fútbol y una multa de 22 millones de pesos. Por su parte, Sambueza enfrenta cinco fechas de suspensión y una multa de 17 millones. Ambas sanciones evidencian la severidad de las consecuencias que enfrentan aquellos que desafían a las autoridades del deporte.
Sanciones a los jugadores
No paran castigos
La Dimayor ha extendido su mano disciplinaria al sancionar a jugadores que participaron en una protesta visible durante un partido contra Fortaleza. En una acción que mostró su descontento, taparon sus bocas con cinta durante el acto protocolario. Como resultado, catorce futbolistas han recibido una multa de un millón trescientos mil pesos ($1.300.000) cada uno.
¿Qué motivó este castigo?
La razón de este nuevo castigo se basa en el artículo 73 del CDU de la FCF, que prohíbe emitir conceptos irrespetuosos hacia las autoridades del campeonato. ¿Es este un intento de silenciar a los jugadores, o simplemente una forma de mantener el orden e imagen del balompié colombiano?
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Sanciones a la afición y el club rival
Sanción a la afición
La Comisión de Disciplina también ha lanzado un fuerte golpe al Atlético Bucaramanga por las irregularidades en el protocolo del partido en cuestión. Se sanciona al Club Asociación Deportivo Cali por comportamientos inapropiados en la tribuna, como pancartas ofensivas. Al Cali se le ha impuesto una multa de diez millones cuatrocientos mil pesos ($10.400.000) y una fecha de suspensión parcial en la tribuna sur.
Una historia de insultos y desacuerdos
Las pancartas exhibidas durante el juego incluían textos insultantes dirigidos a las directivas del fútbol, haciendo evidente el descontento de los aficionados. ¡“MAFIAYOR”! o la palabra “VAR” acompañada de imágenes de roedores fueron solo algunos de los mensajes que atravesaron la frontera de la deportividad. Las pancartas se exhibieron desde las tribunas occidental baja y sur alta, en una clara muestra de indignación que engendró sanciones.
Impacto en el fútbol colombiano
La serie de sanciones que han caído sobre jugadores, cuerpo técnico y ahora también sobre la afición, resalta un fenómeno preocupante en el fútbol colombiano. ¿Realmente se está cuidando la reputación del deporte o se está censurando la libertad de expresión de actores clave en este espectáculo?
La perspectiva del Atlético Bucaramanga
Frente a esta situación, el club está lidiando con las críticas y la presión. Los aficionados y la comunidad en general están esperando respuestas claras de la directiva y de las autoridades del fútbol. ¿Seguirá este ciclo de sanciones, descontento y controversia? Desde luego, parece que la historia del Atlético Bucaramanga y su lucha contra las injusticias en el arbitraje aún tiene mucho que contar.
Conclusión
Mientras el Atlético Bucaramanga se encuentra en un momento turbulento, este caso pone de relieve la necesidad de un diálogo abierto y constructivo dentro del fútbol colombiano. La pasión por el deporte suele estar acompañada por la frustración, pero también por el deseo de mejorar y avanzar. Las sanciones podrían ser un catalizador para cambios necesarios, o podrían ser vistas como una manera de silenciar voces. Solo el tiempo lo dirá.