La gran noticia para la Selección Colombia femenina viene de la mano de Ana María Guzmán, jugadora de tan solo 19 años que logró recuperarse de su lesión y ya sumó minutos con el Bayern Múnich en la Bundesliga femenina. Sin embargo, para llegar hasta aquí tuvo que atravesar varias adversidades, pues a los 11 años tuvo que partir de Mistrató (Risaralda), su ciudad natal, ya que en su pueblo no apoyaban al deporte.
Una nueva vida en Pereira
“El profesor Carlos Ariel me llevó a vivir a Pereira. Me metieron a un colegio de niños ‘pupis’. Fue re duro cambiar de ambiente, pasé de ver 8 materias a 15. Me ponían a tocar hasta flauta, yo de eso no sé nada”, expresó la defensora al portal Semana. No obstante, poco a poco, Guzmán comenzó a dedicarse de lleno al fútbol y fue cuando cumplió 13 años cuando llegó a la Selección Colombia, jugando como extrema hasta que Nelson Abadía la colocó de lateral derecha.
Un camino hacia el estrellato
Ana María fichó por el Deportivo Pereira donde tuvo su primera experiencia como jugadora profesional y se hizo inamovible en las selecciones juveniles, siendo una de las socias de Linda Caicedo. También disputó la Copa del Mundo Femenina Sub-20 que se llevó a cabo en Costa Rica y fue finalista con la Tricolor en la categoría Sub-17. Gracias a su gran nivel a tan corta edad, el 19 de septiembre de 2023, Bayern Múnich decidió apostar por ella y fue presentada como nueva jugadora del conjunto alemán.
Desafíos personales y sacrificios familiares
Cuando le tocó mudarse de su ciudad natal, Guzmán sintió la ausencia de su familia, pues en su nueva ciudad no se sentía cómoda: “Yo en mi pueblo no me mantenía en la casa, era feliz en la calle. En Pereira no me dejaban ni salir a la esquina”. La propia jugadora afirmó que lloraba todos los días debido a lo lejano que ella sentía su hogar, por lo que sus padres tomaron la decisión de hacer el esfuerzo y acompañar a su hija.
“Mis papás hicieron el esfuerzo y se fueron a vivir conmigo”, confesaba Ana María. La futbolista del Bayern Múnich hizo muchos sacrificios en sus inicios, pues pedía plata para los pasajes e ir a entrenar y hasta aplazaba la posibilidad de comer: “Nos quedábamos a veces hasta sin una merienda porque necesitábamos la plata para el bus”, mencionaba la futbolista.
