Padecer cáncer es sinónimo de una lucha titánica, una verdadera batalla que no solo enfrenta quien porta la enfermedad, sino también cada familiar y amigo cercano que comanda ese equipo de apoyo esencial. Esta historia de coraje es algo que Ronald Fuentes conoce de primera mano.
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El exfutbolista y entrenador de Ñublense comenzó a enfrentar esta dura realidad en octubre de 2024. Lidar con el cáncer era más que soportar los dolores y terapias; era como estar en un partido sin balón, donde cada minuto cuenta.
En una charla íntima con TNT Sports, Fuentes recordó esos meses inciertos: “En agosto o septiembre sentí un dolor en la garganta. Un día, al tocarme, el dolor fue intenso. Llamé al médico y me aconsejó ver a un otorrinolaringólogo, pero no tuvo buen pronóstico”, relató con la voz entrecortada.
“Finalmente, un cirujano de cuello-cabeza me dio el diagnóstico que nunca quise escuchar: un tumor maligno que requería operación y tratamiento inmediato”, añadió Fuentes, como quien habla del partido más complicado de su carrera.
La Lucha de Ronald Fuentes
Con la misma pasión de aquel mundialista que representó a La Roja en Francia 1998, Ronald destacó entre lágrimas qué lo mantuvo en pie día a día. Era un partido diario, donde el amor de sus seres queridos era el verdadero gol de la esperanza.
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“Si mi familia no hubiese estado ahí, tal vez no lo habría logrado. En algún momento sentí que ya no podía más por el dolor, pero afortunadamente mi clan familiar fue mi barra, mi mejor hinchada”, confesó.
Y en una última jugada emocional, resaltó: “Mi hijo pequeño fue mi faro, el crack de mi vida, quien hace que todo valga la pena. Nuestro vínculo es un golazo al ángulo en el minuto 90”, concluyó, dibujando una sonrisa en medio de la tempestad.
