En el mundo del fútbol y de las emociones a flor de piel, los pormenores del altercado entre Aníbal Mosa y Carlos Cortés han sacudido los cimientos de Blanco y Negro, la concesionaria que lleva el timón de Colo Colo. Este conflicto interno promete dar que hablar por mucho tiempo, como si los protagonistas estuvieran disputando una final de campeonato.
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El Dolor de un Dirigente
Bajo la ardiente lupa del ojo público, Aníbal Mosa dejó la asamblea cojeando, marcando cada paso con el ritmo de un drama deportivo. Las imágenes de su salida, dirigiéndose hacia la clínica Bupa, a un paso del Estadio Monumental, pintan un cuadro sombrío: en silla de ruedas, con un cuello ortopédico, cual gladiador herido en batalla, y con Carabineros como sus escuderos, listos para constatar las lesiones sufridas.
Divergencias y Voces Cruzadas
En el cuadrilátero de las declaraciones, Mosa acusa directamente a Cortés de haberlo agredido. Sin embargo, desde la trinchera del bloque Vial, llega un relato distinto; aseguran que fue un tropezón del presidente lo que desencadenó este mar de lesiones. ¡Vaya choque de gigantes!
Detalles Reveladores en Video
El espectáculo no para; nuevas imágenes de la reunión, capturadas a través de Zoom, han salido a la luz. En este vibrante show de imágenes, Cortés es visto levantándose y avanzando como un jugador encarando el arco rival hacia Mosa. La tensión explotó como un tiro al larguero: “¡No tengo ningún problema, ¿me quieres sacar la chucha a mí? Vamos!”, desafió el abogado. Una provocación digna de una contienda entre jugadores aguerridos.
Un Diálogo de Alturas y Caídas
La discusión encendió los ánimos, como dos equipos chocando en un clásico. “¡Vamos para abajo! Ya po, vamos. Te cagai entero”, lanzó al aire el director, mientras Mosa, con la fiereza de un hincha apasionado, respondió: “¡Qué me voy a cagar contigo, piojento!” Una retórica digna del folclore futbolero, que deja claro que en la cancha del directorio ningún balón queda sin disputar.
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La afición y los que siguen de cerca el devenir de Colo Colo esperan con ansias el pitazo final de este encuentro fuera del campo. En tanto, las páginas de esta historia aún tienen muchos capítulos por escribir. ¡Atentos al desenlace, porque como en el fútbol, hasta el último minuto todo puede cambiar!
