Este domingo 13 de abril iba a ser un día marcado en rojo en el calendario futbolero nacional. El esperado Superclásico del fútbol chileno entre Colo Colo y Universidad de Chile prometía electrizar los corazones de los hinchas, pero un jarro de agua fría cayó sobre la fanaticada al confirmarse su suspensión. La razón detrás de esta decisión fue la tragedia ocurrida en el Estadio Monumental durante el duelo internacional entre el «Cacique» y Fortaleza.

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Una tragedia que sacudió al Monumental
Previamente al esperado enfrentamiento contra los brasileños, el clima se tornó sombrío en Macul. En un penoso incidente, una joven de apenas 18 años y un niño de tan solo 13 perdieron la vida al ser, según reportes, arrollados por un carro lanza gases de Carabineros. El dolor y la indignación se apoderaron de la jornada, eclipsando cualquier vestigio de emoción deportiva.
Decisión gubernamental en cancha
El Ministro de Seguridad Pública, Luis Cordero, se vistió de delantero para anunciar la suspensión del clásico esperado por todos. En un acto de respeto profundo hacia las víctimas y sus familias, decidió frenar el espectáculo: “Carabineros ha recomendado no realizar el clásico. Es una señal de respeto con las víctimas y sus familiares, sus funerales tendrán lugar este día domingo”, manifestó con emoción.
El fútbol chileno, un campo que no acepta más pérdidas
Con evidente congoja, Cordero enfatizó: “El fútbol chileno no admite ni una víctima más”, dejando claro que las bonitas jugadas y los goles no deben ocultar la problemática de seguridad en los estadios. Como un entrenador motivando a sus jugadores, instó a los clubes a tomar más responsabilidad: “Nosotros podemos tener todas las medidas de seguridad disponibles, pero si los clubes no se hacen cargo de sus hinchas en el estadio, no hay forma de avanzar todos juntos en esto”. Era un llamado a salir con todo en la protección de los asistentes al deporte más hermoso del mundo.
Funerales sin alto riesgo, pero con alto dolor
Aunque se especuló sobre posibles riesgos en los funerales de las jóvenes vidas perdidas, el Ministro aclaró que no fue ese el motivo de la suspensión. “Ninguno de los dos funerales cumple con las características de alto riesgo, para que seamos claros que esa no es la consideración por la cual se ha tomado esta decisión”, aseguró.

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En resumen, el Superclásico tendrá que esperar otro día. La pelota está detenida en el campo, recordándonos que en el fútbol, como en la vida, a veces hay que parar el juego para cuidar lo más importante. Confiamos en que los responsables sabrán llevar sus equipos a puerto seguro y devolver la alegría a los hinchas. ¡Que siga el balón rodando, pero siempre en paz!
