Jaime García, un viejo conocido de Ñublense, regresa al Nelson Oyarzún de Chillán, pero esta vez como rival con el buzo de Huachipato. Este estratega, que dejó huella en los Diablos Rojos con logros memorables como el título de Primera B y su participación en torneos internacionales, vuelve a la escena donde su corazón bailó de júbilo. Ahora, en los cuartos de final de ida de la Copa Chile, García encara su pasado con desafíos renovados.

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El Regreso del Búfalo a Chillán
Se viene un choque de emociones, donde el Búfalo pisa nuevamente una cancha que bien conoce. Con una sonrisa y ese halo carismático que lo caracteriza, García expresa su amor eterno por Chillán, pero subraya su compromiso de acero con Huachipato: “Mi corazón está en Ñublense, pero mi alma lucha por estos Acereros”, confiesa.
Una Lucha a Muerte en 90 Minutos
En este partido, no hay treguas. “Son 90 minutos donde o sales en la gloria o te empapelan”, señala García con la pasión de un general antes de la batalla. Asegura que su entrega será total, una dedicación al 200 por ciento como él mismo promete. “Cuando me pongo la camiseta, cada fibra de mi ser está entregada a esta causa”, exclama con fervor.
Un Amor Dividido, Compromiso Inquebrantable
García no titubea en su nueva misión: “Voy a Chillán con respeto y gallardía. Sé de dónde vengo, pero mi objetivo es claro, avanzar con Huachipato”. En su voz resuena el eco de un líder que, aunque nostálgico, sabe qué bandera defender. Los aficionados esperan ansiosos, conscientes de que ver al Búfalo en acción es un espectáculo que el corazón no olvida.
Conclusiones del Estratega
Para este director técnico oriundo de Cartagena, el cariño por Ñublense siempre será un tatuaje en su ser, pero en esta contienda, su lealtad está con los Acereros. En cada movimiento táctico, en cada mirada archiconocida por la afición, Jaime García buscará sellar su legado con otra hazaña.

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