El equipo de Deportes Iquique atraviesa un momento sumamente delicado. En el cierre de la Fecha 5 de la Liga de Primera, las cosas se pusieron color de hormiga cuando un grupo de hinchas, molestos y con el corazón en la mano, se metió al campo del Tierra de Campeones para enfrentar cara a cara a los jugadores tras la devastadora derrota 0-4 frente a Unión Española. Es como si el suelo se hubiera abierto para tragarse a los «Dragones Celestes», que no logran levantar cabeza.

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Sumidos en el fondo del abismo
Con cuatro derrotas consecutivas, Deportes Iquique se hunde en el último lugar de la tabla de posiciones. Como si eso no fuera suficiente, la eliminación de la Copa Libertadores a manos de Alianza Lima, en Fase 3, ha dejado al club como un barco a la deriva en alta mar.
El quiebre con Marcelo Oyarzún
Las fracturas no solo se viven en el césped. Marcelo Oyarzún, el ex preparador físico de los iquiqueños, rompió su silencio. Asegura que el despido que sufrió a fines de 2024 de la mano de Miguel Ramírez no fue cualquier cosa: fue el fin de una amistad de 34 años. «Miguel me dijo que quería trabajar con otro preparador físico», explicó Oyarzún, quien dejó entrever que las grietas en la relación ya estaban presentes hace tiempo.
El adiós a un sueño Libertadores
Oyarzún expresó su decepción, no solo por el quiebre del vínculo laboral, sino también porque se veía a sí mismo otra vez participando con un equipo chileno en la Copa Libertadores, un sueño que ahora se aleja como un gol en el último minuto que nunca fue. Sentimiento que duele aún más considerando el cariño que le tiene al club, al cual describió como un «oasis institucional» en el desierto futbolístico de Chile.

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¿Amistad irreparable?
Desde Argentina, Oyarzún confiesa el peso emocional que esta situación personal le ha dejado. «Hoy ni siquiera nos saludamos en el grupo de WhatsApp», dijo, haciendo referencia al chat del histórico Colo Colo 1991. La distancia con Miguel, quien fuera un amigo cercano, parece ser una herida difícil de cicatrizar: «No creo que volvamos a ser amigos», sentenció con evidente pesar.
La tormenta sobre Deportes Iquique no parece desvanecerse, pero el fútbol da revanchas y los «Dragones Celestes» esperan poder resurgir de las cenizas, como tantas veces lo ha hecho la historia del balompié chileno. ¡Vamos, Iquique, que nada está dicho hasta el pitazo final!
