Omar Carabalí, el arquero que hizo su debut en los albos, vivió un 2024 más seco que un desierto sin oasis. A pesar de su gran talento, tanto Brayan Cortés como Fernando de Paul monopolizaron el arco de Colo Colo, dejando a Omar con escasos minutos en el terreno y obligándolo a buscar nuevos horizontes en el segundo semestre. Así, el golero decidió partir a Audax Italiano como cedido, una movida para mantener vivo ese espíritu guerrero bajo los tres palos.
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Un nuevo amanecer en Rancagua
Al finalizar su vínculo con el Cacique, Carabalí optó por unirse a las filas del O’Higgins de Rancagua, equipo donde será dirigido por Francisco Meneghini, conocido como un técnico perspicaz que no se muerde la lengua. Meneghini, fiel a su estilo, salió al paso para defender al guardameta, afirmando que muchas veces jugadores como Carabalí caen en las garras del mercado, como un delantero que se topa con la red en su mejor versión.
La otra cara del fútbol chileno
El propio Paqui Meneghini destacó el rendimiento de Carabalí durante su préstamo, especialmente recordando su titularidad y buen desempeño en Unión La Calera en 2023: “Omar se lució en la portería, como un artista en el escenario. También seguí su ascenso en la selección chilena sub-23, y durante otros mercados anduve tras sus pasos”, expresó con admiración.
Ahora, en el Capo de Provincia, Carabalí busca repetir sus actuaciones estelares y demostrar que la camiseta de arquero está hecha a su medida. El reto está claro: replicar esas actuaciones dignas de aplausos en O’Higgins.
En busca del protagonismo perdido
Nacido y formado en el nido de Colo Colo, Carabalí tuvo su primera probada de fútbol profesional con San Luis en 2020. Desde entonces, recorrió diversos equipos, incluyendo su paso por los Albos entre 2021 y 2023. En su mejor temporada, jugó 506 minutos, pisando la cancha con la fuerza y la determinación de un león enjaulado esperando ser liberado.
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Ahora, con la frescura de un nuevo comienzo, Carabalí apuesta todas sus fichas en hallar la continuidad y protagonismo que tanto ansía bajo el cielo de Rancagua. Sin lugar a dudas, promete escribir su propia página en la historia del fútbol chileno. ¡Vamos, Omar!
