El legendario Jorge “Coke” Contreras, aclamado por su inigualable toque y maestría en el arte del fútbol, cautivó a los aficionados con cada gambeta y pase que pareció dibujar en el césped nacional, llevándolo a alzar la bandera chilena en varios encuentros internacionales y a desplegar su talento en tierras extranjeras.
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Un paso exitoso por los gigantes del fútbol chileno
Las brillantes actuaciones de este hijo pródigo de Lo Barnechea abrieron las puertas para que vistiera con honor la camiseta de Universidad Católica, donde reinó como un emperador del medio campo durante cuatro largos años (1989-1993). Posteriormente, su travesía lo llevó a Colo Colo, pero su estancia allí fue un destello fugaz de casi un año.
El anhelo que nunca se cumplió
Sin embargo, no todo fue color de rosa en su carrera; una espina permaneció clavada en su corazón: la frustración de no haber jugado para el equipo de sus amores de la infancia. Esa fue una herida que, pese al éxito, siempre dolió profundamente.
“Siempre quise jugar en la U”
En un relato que dejó a muchos con los ojos como platos, el ex seleccionado nacional derramó sinceridad en El Almanaque de Florete, revelando que su corazón latía por el Universidad de Chile. «Aunque hoy me identifico con la Católica por todo lo vivido allí como jugador, técnico y comentarista, mi amor de niño pertenecía a la U», confesó Contreras, abriendo una ventana a sus recuerdos más entrañables.
“Desde pequeño, vestía con orgullo la camiseta azul, habiendo crecido durante los gloriosos años del Ballet Azul. No temo admitir la verdad: mis héroes eran Jorge Socias y Héctor Pinto», admitió con nostalgia. Entre risas y anécdotas, rememoró los viajes desde Barnechea hasta el Estadio Nacional para alentar al equipo de sus sueños, porque el azul no solo era su color favorito, sino una pasión que ardía dentro de él.
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Este testimonio de Coke Contreras no es solo una lección de fútbol, sino un sincero tributo a la devoción por un deporte que va más allá de las canchas. ¡El fútbol al desnudo, señores y señoras!