Esta tarde, en el mítico estadio Francisco Sánchez Rumoroso, se desató una verdadera batalla campal entre Coquimbo Unido y Universidad de Chile, en un partido que prometía emociones y, vaya que las tuvo. Corría el minuto 33 cuando el ambiente se caldeó: Alejandro Camargo, volante aurinegro, cometió una infracción clarísima que no dejó lugar a dudas. El «Cabezón» Camargo tomó por la camiseta a Charles Aránguiz, el mago de la mitad de la cancha de la «U».
La jugada de la discordia
El volante coquimbano no soltó al capitán universitario. Agarrado como un perro de presa, sujetó a Aránguiz hasta que este, al intentar zafarse, perdió pie y cayó al suelo. En medio de la caída, ocurrió el momento crítico: Aránguiz, mientras se tambaleaba buscando equilibrio, puso el pie en el estómago de Camargo de manera involuntaria. En un intento por evitar algo peor, se lanzó al pasto para evitar más contacto.
Reacciones y enojo en la cancha
Frente a esta sucesión de eventos, los ánimos no tardaron en encenderse en la vereda coquimbana. ¡Parece que el diablo se metió al partido! Algunos jugadores del puerto fueron directo a increpar a Aránguiz, mientras otros se lanzaron con todo contra el juez del encuentro, Fernando Véjar.
La hinchada pirata en las gradas rugía como un mar embravecido, exigiendo la roja para el querido «Príncipe» de la Universidad de Chile. Sin embargo, Véjar, imperturbable, desestimó una sanción mayor, optando por tomar el camino del diálogo. La decisión fue respaldada por el VAR, que prefirió no intervenir, alineándose con la interpretación del árbitro principal.
Conclusión del incidente
Esta polémica decisión dejó a Gustavo Quinteros y su cuerpo técnico con el grito atravesado en la garganta. ¡Era para sacar a cualquiera de quicio! Desde el banco local, las protestas y gestos de descontento no se hicieron esperar, argumentando que Aránguiz merecía ver la roja. No cabe duda que este partido quedará grabado en la retina de los hinchas, marcado por una jugada que puso a prueba la paciencia de todos en el Francisco Sánchez Rumoroso.
La garra y emoción de este deporte nos recuerdan que, en el fútbol, todo puede cambiar en un abrir y cerrar de ojos. ¡Así es, queridos lectores, el balompié es pasión pura, y hoy vivimos un capítulo que quedará en la memoria de todos!