En un duelo marcado por emociones de todos los colores, Everton de Viña del Mar y Colo Colo se enfrentaron en un electrizante partido que quedará en la memoria de los fanáticos del fútbol chileno. Mientras el argentino Javier Correa celebraba su primer tanto con la camiseta alba, en las graderías del Estadio Sausalito los corazones latían al ritmo de las tensiones que subían con cada expulsión. Sin embargo, lo que puso la guinda a este pastel futbolero fue una situación tan pintoresca como insólita, digna de nuestra querida Chilean Premier League.
Un desliz burocrático para la historia
En un escenario inesperado, el árbitro del encuentro, Nicolás Millas, se encontró con un impedimento digno de telenovela chilensis. En su informe, Millas detalló una anécdota que, aunque no cambia el resultado en la cancha, sí quedó grabada en el anecdotario del fútbol: ¡Everton no tenía una impresora en funcionamiento para el registro del crucial documento del COMET! Como un gol al último minuto, a escasos treinta minutos de iniciar el partido, lograron improvisar una solución con una impresora de reemplazo. ¡Qué manera de driblar las adversidades!
Claro está, este pequeño desajuste tecnológico no deja de ser un detalle curioso en una tierra donde, como se dice, «pasan cosas raras y cosas peores». Aunque no afectará las apuestas para el próximo clásico, este tropiezo administrativo añade un color especial que solo nuestra liga puede ofrecer.
Próxima parada: La Florida
Tras este episodio de novela, Everton se enfoca en su próximo reto. El miércoles 28 de agosto, la escuadra Oro y Cielo se trasladará a Santiago para enfrentarse a Audax Italiano. El compromiso, pactado para las 20:30 horas en el Estadio Bicentenario de La Florida, corresponde a la fecha 22 del torneo. La expectativa es que los dirigidos por Esteban Solari lleguen con todas las energías recargadas, listas para buscar el desquite en el rectángulo de pasto sintético.
Con cada partido, el campeonato avanza como un río que no se detiene, llevando a cada equipo hacia su destino final. ¡A preparar las cábalas y desempolvar las bufandas, que el fútbol chileno no espera a nadie!