Colo Colo vivió una montaña rusa de emociones futbolísticas en el inicio de la fecha 6 del Campeonato Nacional 2025. En su casa, el estadio Monumental, los Albos no lograron superar a Palestino y debieron conformarse con un empate 1-1. Un partido donde el equipo dirigido por Jorge Almirón mostró caras bien distintas en cada mitad del encuentro.
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Un comienzo complicado
Desde el pitazo inicial, el Cacique se vio trabado en su propio laberinto, sin encontrar la fórmula para conectar su mediocampo con los delanteros Javier Correa y Salomón Rodríguez. La defensa de Palestino, cual muralla infranqueable, conseguía tapar todos los espacios. Un partido que parecía estancado, se destrabó con una desatención defensiva de los Albos. Fue en el minuto 20 cuando Ariel Martínez, cual estratega astuto, metió un balón al área que aprovechó Junior Marabel, esquivando a Esteban Pavez como sombra escurridiza, para cabecear y poner el 1-0.
La remontada en el segundo tiempo
Con el marcador en contra, Colo Colo salió del camarín en el segundo tiempo con las pilas recargadas, embalado por el clamor de su hinchada. Alan Saldivia avisó con un remate elevado, que hizo contener el aliento a todo el estadio. Jorge Almirón, moviendo sus piezas como en un ajedrez perfecto, no dudó en probar nuevas tácticas: ingresaron Arturo Vidal y Alexander Oroz, dejando a Víctor Felipe Méndez y Salomón Rodríguez en la banca.
El empate que hizo vibrar al Monumental
Las modificaciones dieron frutos casi inmediatos. Al minuto 64, con precisión quirúrgica, Tomás Alarcón filtró un pase magistral a Claudio Aquino, quien cual flecha certera, ganó la línea de fondo y habilitó a Flecha Oroz. Este último, apareciendo en posición privilegiada, empujó el balón al fondo de la red, desatando una ovación.
El desenlace
El conjunto albo mantuvo la presión en los minutos finales, pero Palestino, fieros defensores de su empate, apostó al contragolpe sin flaquear. Aunque el Cacique mostró una cara aguerrida y positiva en el complemento, el reloj fue su peor enemigo, impidiendo que el ansiado gol del desempate llegara.
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En definitiva, fue un partido que nos recordó que en el fútbol, la historia se escribe con sudor y pasión. ¡A seguir luchando, Cacique!
