Por Andrés Otero, exsubsecretario de Deportes y exjefe de Estadio Seguro.
Duplica tu depósito hasta $200.000 en apuestas y casinos bono de bienvenida
Nunca, bajo ninguna circunstancia, podemos dar poder a grupos de delincuentes que amenazan un espectáculo deportivo. Suspender un partido de fútbol, o cualquier otro evento por una amenaza representa una derrota del Estado. Es entregar un cheque en blanco para que los delincuentes manipulen a su antojo.
La lección de la Copa América 2015
En 2015, antes de que nuestra selección alcanzara la gloria en la Copa América, había un lema retumbando en cada esquina: «Sin fiesta, no hay Copa América». ¿Qué pasó entonces? El Estado se puso las pilas, tomó las decisiones correctas, y el torneo se desarrolló sin problemas. Como en una buena gambeta, eludir problemas con destreza es clave.
Un llamado a la unión
Hoy día todo está claro como el agua: nuestro fútbol está metido en una crisis brava. Necesitamos un trabajo en equipo sin precedentes, como un contraataque letal, donde la ANFP, clubes, verdaderos hinchas (no esos camuflados de delincuentes), el Estado y, quién lo diría, ¡hasta los mismos futbolistas y los medios de comunicación se unan en armonía! Si no hacemos piña, el fútbol como lo conocemos podría hacerse humo. No es solo el fútbol el que está en jaque: la violencia está tocando a toda la sociedad.
No podemos vender el sillón de Don Otto
El interés por proteger banderas personales es evidente hoy en día. Está bien cuidar lo tuyo, pero ¡no a costa de que no haya fútbol! Claro, sin partidos no hay líos, pero cerrar la persiana al fútbol es como vender el sillón de Don Otto. El fútbol debe jugarse, siempre.
Duplica tu depósito hasta $200.000 en apuestas y casinos bono de bienvenida
Decisiones controvertidas: ¿solución o más problemas?
El gobierno actual ha exprimido la táctica de no autorizar encuentros y ha tomado medidas que rozan lo insólito, como atrasar la venta de entradas o mandar equipos a jugar lejos, como si en Ovalle el peligro fuera menor. Mismo cuento, distinta locación. La disposición de la alcaldesa de La Serena, Daniela Norambuena, merece un aplauso por atreverse a recibir una Supercopa que nadie quería. Esa es la actitud: el fútbol debe disputarse con todas las medidas de seguridad requeridas. Si no actuamos ya, los delincuentes habrán ganado otra batalla, y eso, queridos lectores, no lo podemos permitir. ¡El fútbol nos necesita!