A puro corazón, el penal de Rojo le da la ventaja a San Lorenzo contra Boca: ¡Vombergar no perdona y marca el 1-0 en el Torneo de la Liga!
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En un encuentro que no daba respiros, San Lorenzo y Boca Juniors se jugaban mucho más que tres puntos en el Torneo de la Liga. El partido arrancó con todo, y no faltaron las emociones desde el primer pitazo. Pero la historia cambió su rumbo cuando, a la media hora del primer tiempo, aparece el VAR para dictaminar la infracción de Rojo adentro de su propia área. Todo un momento de infarto para más de uno…
La hora del penal: Rojo se viste de villano
El defensor de Boca, Marcos Rojo, mete la pierna de más y el árbitro no duda: ¡penal para San Lorenzo! La atmósfera se torna eléctrica y el estadio se convierte en un hervidero de emociones. Vombergar, con una tranquilidad pasmosa, acomoda la pelota en el punto de penal. Sus pasos hacia atrás parecen una eternidad. ¡Pam! Suena el silbato y Vombergar dispara con la precisión de un cirujano. ¡Goooool! El arquero de Boca vuela pero no llega ni a rozar ese misil. San Lorenzo se pone arriba, ¡y vaya si lo celebra!
San Lorenzo toma el mando
Con el marcador a su favor, el «Ciclón» juega con la confianza al máximo. La defensa firme como una muralla y el ataque afinado como una orquesta. Cada pase y cada jugada reflejan la garra y el coraje que caracterizan al conjunto azulgrana. Boca intenta reaccionar, pero se encuentra una y otra vez con un San Lorenzo infranqueable, decidido a mantener su ventaja a toda costa.
El momento cumbre: Vombergar, el héroe de la noche
Vombergar se lleva todos los aplausos de la noche. Desde el momento en que tomó la responsabilidad del penal hasta el pitido final, su presencia en la cancha fue determinante. Su gol no solo abrió el marcador, sino que también inyectó una dosis de energía inmensa a su equipo y a los hinchas, que no dejaron de alentar ni un segundo.
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Y así, con un 1-0 cargado de dramatismo y pasión, San Lorenzo se quedó con una victoria más que merecida frente a un Boca que dejó todo en el campo. El fútbol argentino nos regaló, una vez más, una noche inolvidable llena de adrenalina y pasión. ¡Qué partidazo, señores! No se puede pedir más.
