El cielo se caía a pedazos, el Monumental temblaba de emoción y la hinchada millonaria vibraba de pura pasión. En una tarde de pura intensidad, River Plate y Huracán se jugaron un partidazo que se definió en un electrizante empate por el Torneo de la Liga. ¿La frutilla del postre? El regreso más esperado: Marcelo Gallardo, el Muñeco, pisaba nuevamente su casa.
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El regreso del ídolo
No es cualquier día cuando Gallardo vuelve al Monumental. El alma de River volvía a latir más fuerte que nunca en su banco de suplentes. ¡Y qué manera de hacerlo! Desde el pitazo inicial, el ambiente era eléctrico, una verdadera caldera en ebullición.
Un primer tiempo intenso
El primer tiempo arrancó a todo trapo. River, con su clásica intensidad y juego asociado, se lanzó al ataque como un torbellino en busca del gol. Paredes y triangulaciones rápidas abrieron el camino a la puerta del arco visitante. Ariel Rojas tuvo su chance en el minuto 23, con un zurdazo que hizo hisss mientras pasaba cerca del palo derecho de Huracán. ¡Una lástima!
Huracán responde
Pero atención, que el Globo no se quedó de brazos cruzados. Con una contra mortal al minuto 34, Lucas Merolla se mandó una corrida digna de maratonista, llevándose a medio River a la rastra. Finalmente, su remate sacudió el travesaño, haciendo retumbar hasta el último rincón del Monumental. Uffff… ¡qué susto!
Golazos y dramatismo
El segundo tiempo fue un volcán en erupción. A los 56 minutos, Matías Suárez desbordó por derecha y sacó un centro quirúrgico que cayó como una bomba en la cabeza de Julián Álvarez. ¡Golazo! El Monumental explotó, el cemento vibraba y las gargantas se desgarraban de alegría. Saltos, abrazos y puños al aire, era un carnaval millonario.
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Empate agónico
Pero el diablo mete la cola donde menos se espera. A falta de 10 minutos para el final, un error en la salida de River fue aprovechado por Cristaldo, que definió con una frialdad tremenda para poner el empate definitivo. ¡Ahí nomás quedó, pegadito al palo!
El adiós momentáneo
El pitazo final vino acompañado de aplausos ensordecedores para Gallardo. La hinchada se quedó un rato más, coreando su nombre, como quien se aferra a los últimos momentos de una visita inolvidable.
River y Huracán se llevaron un punto cada uno, pero lo que queda grabado en la retina del hincha es la emoción de volver a ver al Muñeco en el Monumental. ¡Partidazo y puro corazón en el verde césped!