En una noche que prometía ser una fiesta llena de emoción y fervor en Santa Fe, Unión titubeó en su fortaleza y dejó escapar una oportunidad de oro al caer 1-0 ante Central Córdoba. El estadio rugía de anticipación, pero el final fue un baldazo de agua fría para el Tatengue.
Un arranque para ilusionarse
Desde el pitido inicial, Unión salió con el cuchillo entre los dientes y su hinchada ensordecía el estadio con canciones y bombos, impulsando a su equipo como un tren imparable que busca su destino. Los jugadores parecían leones enjaulados buscando abrir la defensa del Central Córdoba que había llegado decidido a resistir.
La jugada de la discordia
El primer tiempo fue como un tango apasionado, con movimientos sutiles y elegantes hasta que llegó el sorpresivo gol de Central Córdoba, un verdadero ‘mazazo’ para el Tatengue. ¡Ay, el fútbol y sus caprichos! Una contra letal dejó al arquero de Unión con cara de póker y el balón durmiendo en el fondo de la red visitante. Una desatención en defensa, una pizca de fortuna y los sueños de Unión comenzaron a tambalearse como un equilibrista en la cuerda floja.
El corazón no alcanzó
En el complemento, Unión apretó el acelerador a fondo, volcándose al ataque con un corazón tan grande como el Monumental de Buenos Aires. La pelota parecía tener vida propia, esquivando los postes y acariciando la ilusión de gol. La hinchada no paraba de alentar, esperando ese grito sagrado que nunca llegó. ¡Cómo peleó ese equipo! Pero la red enemiga se mostró esquiva como un romance imposible.
Lecciones aprendidas
La caída dejó un sabor amargo, como mate frío un domingo por la tarde. Pero si algo enseñan estos momentos es que en el fútbol, como en la vida, se trata de levantarse y seguir peleando rodilla en tierra y con la mirada al frente. Unión deberá ajustar las tuercas y preparse para la próxima fecha con el cuchillo entre los dientes y la garra característica de los santafesinos.
El grito de triunfo quedará pendiente, ¡pero qué espectáculo deja el fútbol cuando la pasión se desborda en las gradas como un río en crecida!