¡Vaya lo que se ha vivido en el Monumental! En un partido electrizante que tuvo a todos al borde del infarto, Rodrigo Tesuri no se guardó nada y disparó munición gruesa contra las decisiones arbitrales. «¡Ojalá digan que los favorecieron!», exclamó el jugador de Atlético Tucumán, refiriéndose a una polémica mano de Miguel Borja que quedó en el ojo del huracán al final del cotejo contra River Plate.
Un partido de alto voltaje
El encuentro no fue una simple contienda futbolística, ¡fue una verdadera guerra de titanes! Desde el pitazo inicial, ambos equipos se lanzaron al ataque con la ferocidad de un león hambriento. Pero la jugada que encendió la mecha ocurrió al minuto 85, cuando Borja parecía haber controlado el balón con el brazo en el área de River. ¡Sí, señores, con el brazo!
La jugada de la discordia
La polémica no se hizo esperar. En un momento al rojo vivo del partido, Borja luchó por el balón como un gladiador en plena arena, y, en medio de esa maraña de piernas y emociones, el esférico impactó su brazo. ¡No una, sino dos veces, según las repeticiones! Pero el árbitro no vio nada. Ni falta, ni penal, ni nada. Un «¡Déjenla seguir, muchachos!» podría haber sido más evidente.
Tesuri y su reclamo cargado de bronca
Tesuri, que había corrido la cancha como alma que lleva el diablo, explotó al final: «¡Ojalá digan que los favorecieron!», gritó, con la rabia y la desazón pintada en su rostro. No es para menos, ¡qué noche la del joven mediocampista! Sentía, seguramente, que le habían arrancado el empate de las manos, como quien pierde un billete en la calle en el último minuto.
Un Monumental dividido
El ambiente se tornó irrespirable. De un lado, los hinchas millonarios, con el corazón a mil y agradeciendo a todos los santos. Del otro, los seguidores del Decano, bramando de indignación y pidiendo justicia. ¡El Monumental era un verdadero campo de batalla de emociones encontradas!
Palabras al cierre
Este encuentro quedará grabado en la memoria de todos como un partido donde la pasión futbolística y la polémica arbitral se cruzaron en una danza llena de tensión. Y es que en el fútbol argentino, cada partido es una historia épica donde las emociones están siempre a flor de piel.
¡Así es el fútbol, señores! Una montaña rusa de alegrías y desazones, y hoy, el Monumental vio de todo un poco, con Tesuri alzando la voz como el héroe trágico que, sin rendirse, pedía justicia a los cuatro vientos. ¡Hasta el próximo duelo en la cancha!