¡Sebastián Driussi lo hizo de nuevo! El delantero de River Plate se vistió de héroe por tercera vez consecutiva al marcar un gol para la historia en un Superclásico que quedará en la memoria de todos los hinchas millonarios. Su zurdazo, potente como rayo en tormenta, hizo vibrar el Monumental y adelantó al equipo en un partido que se jugó a puro corazón.

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La magia de Driussi en el Superclásico
El estadio estaba que explotaba. Era la escena perfecta para una película de suspenso y ahí, ¡Zas!, apareció Driussi. En una jugada digna de leyenda, recibió el balón con la elegancia de un bailarín de tango, lo acomodó y sacó un remate que dejó al arquero rival paralizado, como si hubiera visto un fantasma. El grito de gol se escuchó hasta el último rincón del país, y la hinchada estalló en un alarido que hizo temblar las entrañas del Monumental.
Estrategia y pasión en la cancha
- Estrategia: River salió al campo con la firme intención de ser protagonista y lo logró gracias a una combinación perfecta de técnica y garra.
- Decisión: El director técnico acertó en cada cambio, potenciando cada jugada, cada pase, cada grito de aliento desde el banco.
- Pasión: Desde el comienzo, se vio a un equipo que entiende la esencia del Superclásico: dejarlo todo en la cancha, como si cada jugada fuera la última.
Este gol de Driussi no solo fue el más importante del partido, sino que reflejó el espíritu combativo de un River que no se achica nunca. Con este tanto, el delantero reafirma su estatus de ídolo millonario y sus tres goles consecutivos lo elevan a la categoría de leyenda en ciernes. ¡Cuántas emociones juntas, señores!
Así terminó otro episodio increíble en la rivalidad más grande del fútbol argentino. ¡Grande, Driussi! ¡Gracias por tanto fútbol, River!
