River Plate volvió a codearse con la gloria, y no solo por el triunfo. El monumental abrazo a Marcelo Gallardo, el entrenador que dejó una huella imborrable en la historia del club, fue el toque que coronó una jornada que quedará grabada en la memoria de todos los hinchas. ¿El resultado? Una goleada aplastante por 3 a 0 contra Rosario Central, un verdadero festín de goles que llenó de aliento al Monumental. ¡Qué manera de despedir la temporada!

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Un partido a pura emoción
Desde el pitazo inicial, River salió a devorar el partido como un león famélico. La primera mitad fue un festival de fútbol champagne, donde cada pase y cada ocasión se transformaba en un canto de sirena que llamaba a la victoria. A los 27 minutos, la apertura llegó de la mano del pibe Julián Álvarez, quien recibió un exquisito centro y, como si estuviera en un entrenamiento, la metió al fondo de la red con la tranquilidad de un artista en su lienzo. ¡El Monumental estalló en un rugido ensordecedor!
Pero la cosa no se detuvo ahí. En la segunda mitad, la banda siguió al frente. A los 62 minutos, el inoxidable Nacho Fernández se disfrazó de mago y con un golpe de muñeca deslumbrante, envió un tiro libre que se coló en la red como si tuviese un mapa secreto hacia el gol. Un golazo que hizo temblar hasta las estructuras del estadio. ¡Una joya digna de colección!
La celebración y el destino de la Libertadores
Con el partido ya casi sentenciado, Lucas Beltrán estampó el broche de oro a la faena con un tercer gol que arrancó lágrimas de felicidad de los más nostálgicos. Fue un momento de pura alegría, donde el equipo se abrazó y el público entonó canciones en homenaje a su querido Muñeco. ¡El abrazo entre Gallardo y sus jugadores fue un símbolo contundente del amor que hay en este club!
Al finalizar el encuentro, y con la sonrisa de un niño que ha cumplido su sueño, River selló su pasaporte a la próxima CONMEBOL Libertadores. La hinchada ya sueña a lo grande, porque saben que la gloria está a la vuelta de la esquina y que este equipo, dirigido por un Gallardo que es un verdadero ícono, no se detendrá ante nada. La historia sigue escribiéndose, y los próximos capítulos prometen ser electrizantes. ¡Vamos River, a seguir rompiéndola en el continente!

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