River Plate regresó de Santiago del Estero con una valiosa clasificación y una autodefinición crucial, más allá del resultado esperable del encuentro frente a un equipo como Ciudad de Bolívar, mucho menor en el plano futbolístico. El 2-0 obtenido resalta no solo la victoria ante un rival con una plantilla notablemente menos costosa, sino también la necesidad de introspección que deberá hacer el conjunto dirigido por Marcelo Gallardo.
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Aunque sería un tanto imprudente comparar a un River que se afila para participar en un Mundial de Clubes con un adversario que apenas ha jugado un partido en 2025, el «Muñeco» recogió ciertas reflexiones que pueden sumarse al arsenal de herramientas para mejorar su equipo. Si bien la ventaja fue clara en el marcador, no se puede obviar que la puntería sigue siendo un talón de Aquiles a lo largo del año.
Para River, un factor crítico será transformar el potencial ofensivo demostrado en el partido en una mayor eficacia frente al arco rival. En la conexión entre Nacho Fernández y Franco Mastantuono, por ejemplo, se vieron destellos de calidad, con una circulación de juego que fluyó como el agua. Las llegadas fueron numerosas, pero la definición, la última pincelada para convertir esas jugadas en goles, sigue fallando. La apertura del marcador llegó accidentalmente gracias a una jugada de Leandro González Pirez, que logró romper una racha negativa en la que el equipo no había podido celebrar en los primeros tiempos de sus últimos encuentros.
El segundo gol llegó con una chispa de calidad de Mastantuono, un chico de 17 años que relegó cualquier tipo de duda sobre su buen hacer en el campo, pero también puso de manifiesto los errores del arquero rival, Ramiro Biscardi, que tuvo sus dudas en la acción.
Sin embargo, es importante hacer una lectura más crítica. La lista de partidos venideros de River es más exigente que nunca: una Copa Libertadores que comienza en breve y un Mundial a la vuelta de la esquina. Es aquí donde afloran los puntos vulnerables y los déficit que aparecen cuando el nivel de presión aumenta. La situación de Miguel Ángel Borja se vuelve urgente; su falta de confianza es visible y sus errores, tanto técnicos como emocionales, necesitan corrección inmediata. El penal que erró, resultado de abrir demasiado el pie, subraya una ansiedad que, si no se controla, podría resultar perjudicial. Y, como si fuera poco, Gonzalo Tapia, el flamante refuerzo, desperdició otra oportunidad siendo protagonista en situaciones que debió capitalizar.
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Todo esto se entrelaza con aspectos positivos como la buena conexión en el juego, la buena circulación y el compromiso del equipo desde el silbato inicial, evitando caer en la subestimación, una habitual en los últimos dos años. River Plate logró avanzar a los 16avos de final de la Copa Argentina, pero el camino se torna complicado.
El duro fixture que se le viene a River de acá a fines de abril
- River vs. Rosario Central | 30 de marzo | Torneo Apertura – Fecha 11
- Universitario vs. River | 2 de abril | Copa Libertadores – Fecha 1
- Sarmiento vs. River | 6 de abril | Torneo Apertura – Fecha 12
- River vs. Barcelona | 8 de abril | Copa Libertadores – Fecha 2
- River vs. Talleres | 13 de abril | Torneo Apertura – Fecha 13
- Gimnasia vs. River | 20 de abril | Torneo Apertura – Fecha 14
- Independiente del Valle vs. River | 24 de abril | Copa Libertadores – Fecha 3
- River vs. Boca | 27 de abril | Torneo Apertura – Fecha 15
¿Quién será el próximo rival de River en la Copa Argentina?
Después de superar la primera ronda contra Ciudad de Bolívar, el Millonario se medirá contra San Martín de Tucumán en los 16avos de final. El equipo tucumano llega con la moral alta tras eliminar a Colón de Santa Fe en los penales.
River, tras un comienzo titubeante pero efectivo en la Copa, deberá afinar detalles si desea consolidar su paso hacia la siguiente etapa. La energía está en el aire, y la afición espera una respuesta contundente en el próximo desafío. ¡Que no se hable más, que comience la fiesta!
