¡Atención, millonarios del alma! La pasión del Monumental vibra hasta en las paredes y no es para menos, porque hoy nos lanzamos a un viaje emocionante por los 10 fichajes más caros de la gloriosa historia de River Plate. Sentate, relajate y dejate llevar por esta travesía ardiente y emocionante que tiene de todo: ambición, talento y emoción a flor de piel.

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Los Galácticos que Pusieron la Banda Roja
Desde la primera pisada de pasto hasta el canto fervoroso de la hinchada, cada jugador que se viste con la camiseta de River lleva en sus hombros una responsabilidad que no se mide en dinero… ¡se mide en pasión! Aquí te traemos una lista que haría sonreír hasta al mismísimo Ángel Labruna.
1. Extranjeros con Alma de Millonarios
- Lucas Pratto: ¡El Oso! Este gigante, como un titán del fútbol, llegó para rugir en el Monumental como nunca antes. Su fichaje rompió récords y dejó a todo el mundo boquiabierto. Con goles que son como puñaladas certeras al arco rival, Pratto se metió en el corazón del hincha.
- Juan Fernando Quintero: ¡Ay, Juancito! ¡La zurda mágica de Medellín! Cada pase, cada gol es como un tango en el césped. Su llegada fue una apuesta por la calidad pura, y cómo nos pagó con esas pinceladas de genio que todavía nos saben a gloria eterna.
2. La Joya de la Casa
- Gonzalo Martínez: Más conocido como Pity. Moviéndose como pez en el agua, su fichaje fue una celebración del fútbol audaz y criollo. El Pity nos regaló momentos inolvidables, con gambetas que desarbolaban defensas como un torbellino inesperado.
3. Defensas de Acero y Corazón
- Paulo Díaz: ¡Un muro chileno! Díganme si no es un lujo tenerlo en la defensa. Cada rechazo, cada cruce es una muestra de autoridad que inspira seguridad a todo el equipo.
Fuego Sagrado del Riverplatense
Con estos nombres, River no solo compró jugadores, compró mística, sueños e ilusiones. Porque vestir la banda roja es más que un desafío, es una declaración de amor eterno al fútbol. Estos fichajes no fueron solo apuestas económicas, fueron inversiones en alegría, en tardes de gloria y en noches emblemáticas.
Así que, queridos riverplatenses, cada vez que estos cracks pisan el césped del Monumental, sentimos que el corazón nos late un poco más fuerte. ¡Vamos River querido! ¡Por más historias y recuerdos imborrables!
