¡Ay, mamita! Lo que se vivió en el estadio de Riestra no tiene nombre. Una noche mágica, un festejo de aquellos que quedará grabado en la memoria de los hinchas. Con un corazón tan grande que no les entraba en el pecho, Riestra dio vuelta un partidazo ante Newell’s y estiró su racha invicta en su mítica cancha.
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Punto de quiebre: La remontada del siglo
Con un tiki-tiki que te deja sin aliento, Riestra arrancó el partido algo dormido y Newell’s se aprovechó para abrir el marcador. Pero, ¡ojo! Al minuto 70, empezó la avalancha. En un abrir y cerrar de ojos, el equipo se puso el overol y sacó del fondo del alma una remontada espectacular.
El gol del empate
Al 74′, el grito sagrado: ¡GOL! Urraca se mandó al área como un torbellino y, sin despeinarse, clavó la pelota al ángulo. Y cuando el arquero de Newell’s fue a buscar la pelota adentro del arco, ya era tarde… el destino estaba marcado.
El gol de la victoria
El reloj marcaba el minuto 87 y el corazón palpitaba a mil. En un contraataque mortal, González la llevó pegadita al pie y la dejó servida para que Figueroa la empuje. ¡Toooooma! La pelota besó la red y el estadio explotó.
Héroes en la cancha
Nunca subestimen a un gigante dormido. Urraca y Figueroa fueron esos lionelitos en pleno Ruggeri-style que demostraron lo que significa sudar la camiseta. Cada ataque era un suspiro, cada defensa una épica lucha griega. ¡Qué partido, señores!
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Los números hablan
- Goles: Urraca y Figueroa
- Minuto del primer gol: 74′
- Minuto del segundo gol: 87′
Esta victoria no solo estiró la racha invicta en casa, sino que reafirmó lo que todos ya sabíamos: Riestra tiene el temple de los grandes. ¡Aguante el Blanquinegro!