En una noche candente en Avellaneda, Racing Club se llevó una victoria que hace vibrar el corazón de sus hinchas. En un partido que tuvo más giros que un baile de tango, la Academia superó a Rosario Central por 2-1 y se mantiene firme como escolta de Vélez en el Torneo de la Liga Profesional. ¡Qué espectáculo!, dirían en la tribuna, y no es para menos.
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Un partido de alto voltaje
El encuentro comenzó con una intensidad eléctrica, como el rumoreo de un trueno que anticipa una tormenta. Desde el primer silbato, ambas hinchadas hicieron sentir su aliento, convertidos en un solo grito de pasión. Racing salió al campo con los dientes apretados, dispuesta a demostrar que jugar en casa es un auténtico desafío para cualquier rival.
El primer gol llegó como un derechazo bien colocado: a los 30 minutos, un centro preciso de Mura encontró la cabeza de Copetti, que se alzó como un águila para conectar un cabezazo que se coló por el ángulo. ¡Gooool! La explosión en el Cilindro fue de otra dimensión, como si el cielo se abriera para permitir que las almas futboleras se fundieran en una sola alocada celebración.
Pero el partido no dio tregua ni un segundo. Rosario Central no se quedó de brazos cruzados y, de la nada, logró igualar el marcador a los 57 minutos. Un remate cruzado de Gamba que dejó sin reacción a Arias, sacó chispas en la tribuna canalla. Gol, empate, y todo se reanimó con la adrenalina a mil por hora.
El desenlace soñado
Sin embargo, los de Fernando Gago no estaban dispuestos a dejarse amedrentar. En una demostración de carácter y garra, Racing se lanzó al ataque como un león en la selva, buscando el triunfo a toda costa. Y así fue. En una jugada digna de un mural, González se hizo dueño de la pelota, esquivó rivales como si fueran conos de entrenamiento y, con una precisión milimétrica, asistió a Hauche, quien no perdonó ante el arco. ¡La locura estalló nuevamente! 2-1 en el marcador que tuvo a todo el estadio en pie.
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Cada pase, cada intento, cada grito se sintió como el latido de un corazón que no sabe rendirse. Racing demostró que tiene fuego en las venas y que esta temporada promete ser histórica. Con este triunfo, la Academia queda a un paso de los punteros y con el alma al rojo vivo, el equipo de Avellaneda se prepara para lo que viene. ¡A la carga, que este torneo es nuestro!
