Con el rugir de la hinchada retumbando en cada rincón de Avellaneda, el corazón de Racing late cada vez más fuerte a medida que se acerca el clásico. La ansiedad se siente en el aire, como el aroma del asado en un domingo familiar, y todos los ojos están puestos en el gran regreso de Maravilla, quien promete prender fuego el campo con su magia. ¡La ilusión está a flor de piel!
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### El once de Costas: Apuesta por el triunfo
El entrenador Costas, con cada trazo de su pizarra, se la juega en grande. Armando un equipo que combina entrega y talento, el «pueblo académico» espera que sus guerreros salgan al campo a dejar todo, como diría el buen amigo, “a full” por la camiseta. La alineación que se perfila para el duelo cuenta con un mix explosivo de experiencia y juventud, capaz de hacer temblar hasta al rival más fuerte.
- Los pilares en la defensa: Con un arquero que es como una muralla, y la dupla de centrales que se conocen de memoria, la zaga se perfila a ser una fortaleza.
- El medio campo como motor: Aquí se va a librar la batalla. Los volantes, auténticos caballos de batalla, tendrán que correr hasta que les duelan las piernas y más, porque la gloria se construye con sudor.
- La delantera: pura dinamita: Y ni hablar del ataque, donde Maravilla y sus compañeros prometen hacer estallar la red rival con jugadas que dejarán al público al borde de la silla.
### ¡Emoción a flor de piel!
El clima es eléctrico: los hinchas ya preparan sus banderas y cánticos, recordando la gran historia que une a Racing con su eterno rival. Cada jugada será vital, y cada grito de aliento retumbará como dos tambores en un carnaval. Las calles de Avellaneda serán un mar de blanco y celeste, y cuando los jugadores salten al campo, la mística del Cilindro se hará presente. La oportunidad de llevarse los tres puntos no es solo un desafío; es una cuestión de honor, un episodio más en la historia de esta rivalidad encarnizada.
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No queda duda: el clásico se juega con el corazón en la mano. Y mientras Costas sigue afinando su orquesta, el único deseo en cada rincón de la ciudad es claro: que llegue el sábado, que ruede la pelota, y que la historia se siga escribiendo con la sangre y el sudor de estos guerreros. ¡Vamos, Racing! ¡Por un clásico que retumbará en las memorias!
