En el corazón de Avellaneda, Racing y Estudiantes nos regalaron un partido que quedará grabado a fuego en la memoria de los hinchas. ¡Qué espectáculo! Pero lamentablemente, el resultado no sonrió al equipo local, que se quedó con las manos vacías tras un vibrante 5-4 que dejó a todos los presentes al borde del infarto. La Academia, que soñaba con trepar a lo más alto de la Liga Profesional, ahora debe lidiar con una realidad que lo aleja de la cima, ahogando sus esperanzas en un mar de goles.
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¡Un primer tiempo de locos!
La contienda comenzó como un tango apasionado, con ambos equipos intercambiando golpes. A los 10 minutos, un latigazo del «Pincha» comenzó a despertar los fantasmas en el cilindro. Esa primera anotación, como un balde de agua fría, pareció envalentonar a la visita, que se lanzó al ataque como un rayo. Un cabezazo certero en el minuto 25 colocó el 2-0 y desató el delirio del público visitante.
Pero no todo estaba perdido para Racing. En un abrir y cerrar de ojos, se despertó la Furia Académica, y con un misil de media distancia, el local descontó. ¡Qué golazo! El Estadio Presidente Perón estalló en un grito que retumbó hasta el centro de Avellaneda. Pero, como el agua que se escapa entre los dedos, la alegría duró poco: enseguida, Estudiantes volvió a marcar, dejando en claro que iba por todo.
Goleada con sabor a lágrimas
El segundo tiempo fue un auténtico tiro de gracia para los dirigido por Fernando Gago. Con el 4-2 en contra, Racing encontró su espíritu guerrero. Con una performance digna de una película de acción, empezó a cerrar filas y se lanzó al ataque como si no hubiera un mañana. En esos últimos 20 minutos, la Academia hizo vibrar la red dos veces más, dejando el score en 4-4 y con el público en un frenético estado de euforia, como si estuvieran en un escenario de rock and roll.
Sin embargo, en la última jugada del encuentro, como una cruel broma del destino, Estudiantes selló la victoria con un gol que dejó a todos los hinchas de Racing sin aliento. La noche se tornó oscura, el grito se ahogó y el silencio se adueñó del estadio, transformando la fiesta en luto.
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Racing se aleja de la punta, mientras que Estudiantes celebra un triunfo que lo revitaliza. La Academia tiene que levantar la mirada y seguir luchando, porque este apasionante torneo aún tiene muchas páginas por escribir. ¡No hay que bajar los brazos!
