¡Amigos y amigas del fútbol! En una jornada que nos tuvo al borde de la butaca, Boca Juniors enfrentó a Belgrano con toda la garra y pasión del fútbol argentino, pero vaya que no todas fueron buenas noticias. A los 35 minutos de un primer tiempo electrizante, la tristeza inilterable se apoderó de la Bombonera: Cristian Medina, nuestro pibe de oro, salió lesionado.
¡Un golpe bajo y directo al corazón Xeneize!
Las primeras señales de alarma llegaron como un rayo en medio de la tormenta. En una jugada donde la intensidad y la adrenalina estaban a flor de piel, Medina luchó con bravura por un balón que parecía tener dueño. El pibe, que habitualmente deja todo en la cancha, se desplomó sobre el césped de la Bombonera, urgiendo a todos los que aman estos colores a llevarse las manos a la cabeza y el alma a la boca. ¡Una verdadera tragedia griega en pleno terreno de juego!
El momento del dolor
Los médicos entraron al campo sin perder un segundo. Como guerreros en plena batalla, revisaron al joven jugador con la misma meticulosidad que un cirujano en su mesa de operaciones. ¡Y ahí fue que todos nos dimos cuenta! Medina no podía seguir, y el cambio se volvió inevitable. La tribuna, que hasta ese momento bramaba como un león herido, se sumió en un silencio sepulcral.
Es inevitable dejar de sentir un vacío en el pecho: ¿Cómo afectará esta baja al equipo? No solo es la calidad de Medina lo que preocupa, sino ese espíritu combativo que contagia sus ganas y su lucha. Es como quitarle el motor a un Fórmula 1 en plena carrera.
¿Qué pasará ahora?
Bueno, la pelota no deja de rodar y en Boca ya se prendieron todas las alarmas. Se vieron las caras de preocupación en el banco de suplentes y en la tribuna, donde la hinchada no paraba de alentar, a pesar de tener el corazón en un puño. ¡Aplausos para ellos!
¿Nos levantaremos de este sacudón? Solo el tiempo y la determinación del equipo lo dirán. De momento, resta esperar el parte médico para conocer la gravedad de lo que por ahora es un doloroso misterio.
La esperanza nunca muere
Lo que sí es seguro es que la mística boquense no se apagará. Seguiremos en pie, alentando hasta el último aliento. Como dijo una vez un poeta del balompié: «Del barro nacen las flores más bellas». Y sin dudas, el amor por estos colores nos dará la fuerza para seguir. ¡Vamos Boca, carajo!
- A seguir alentando, que la próxima batalla será nuestra.
- Fuerza Medina, te queremos ver pronto de nuevo en la cancha.
- Boca es pasión, es corazón, y es pura emoción.
¡Hasta la próxima, amigos del fútbol! Sigamos apoyando y vibrando con cada jugada, porque esto es lo que nos hace grandes.