El cielo mendocino se iluminó con la magia de Vicente Poggi y su doblete para Godoy Cruz ante River Plate. Este sábado, los Tomba se vistieron de gala con una actuación de ensueño del joven talento, que dejó a todos los hinchas vibrando de emoción en el imponente Malvinas Argentinas. ¡Un partido que quedará para el recuerdo!
Un inicio electrizante
Apenas comenzaba el partido y ya se respiraba una atmósfera cargada de tensión. Los primeros minutos fueron un aluvión de emociones, con ambos equipos mostrando sus cartas. Pero fue Vicente Poggi quien rompió el molde. Al minuto 20, recibió un pase filtrado que dejó a la defensa de River mirando como postes, la paró como los dioses y, con una frialdad brutal, la mandó a guardar al fondo de la red. ¡Qué golazo, papá! Los hinchas enloquecieron y el estadio se vino abajo.
Poggi: El héroe del segundo acto
Con River intentando responder, Godoy Cruz no aflojó ni un poquito. Seguían yendo para adelante, a toda máquina. Y ahí apareció, nuevamente, el joven prodigio. Era el minuto 65, cuando Poggi se adueñó de un balón suelto en la medialuna. Sin pensarlo dos veces, sacó un remate que fue un verdadero misíl teledirigido, imposible de atajar. ¡BOOM! Dolor de cabeza para los de Núñez y delirio mendocino.
La estrategia del DT: Decisiones claves
No podemos dejar de mencionar la brillante dirección táctica de Diego Flores, el cerebro detrás de la operación. Sus decisiones de mantener la presión alta y apostar por los contragolpes resultaron letales. La entrada de Burgoa y Bullaude en el segundo tiempo también dio frescura para mantener la intensidad. Los nuevos desplates y rotaciones se sintieron en todo el campo, como una orquesta perfectamente afinada.
El ocaso de un gigante
River Plate, por su parte, parecía perdido en el laberinto. A pesar de los intentos de Gallardo de reestructurar el equipo con cambios rápidos, nunca encontraron la brújula. Enzo Pérez y De La Cruz intentaron poner orden en el mediocampo, pero la telaraña tejida por el Tomba fue impenetrable. El pitazo final llevó consigo un alivio y una explosión de júbilo para los locales.
¡BRAVO, POCHI! Este doblete quedará grabado en la memoria de todos los hinchas mendocinos y seguramente también en la del propio Poggi. Un partido para el aplauso, un partido de esos que hacen amar el fútbol con locura. ¡Vamos Tomba, carajo!
