Leandro Paredes dejó su huella en la charla con los medios, y vaya que lo hizo de manera aplastante. Este crack, que actualmente se encuentra defendiendo los colores de la Selección Argentina, no se guardó nada al hablar sobre su ausencia en Boca Juniors. Con un tono que denota el ardor en su corazón, Paredes recordó a Miguel Ángel Russo, el técnico que tuvo en su etapa xeneize, y las lágrimas parecen asomarse a los ojos de cualquiera que lo escucha.
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Una ausencia que pesa como un trofeo
“No estar con Boca en este momento es como jugar un clásico sin querer”, afirmó Paredes, con su voz poderosa resonando como un tambor en el corazón de todos los hinchas. La pasión que siente por el club está más viva que nunca, y cada palabra que pronuncia es una flecha cargada de emoción. El mediocampista relató con detalle cómo extraña el aliento de la hinchada, ese rugido que se siente en la piel cuando los partidos se ponen al rojo vivo.
Recuerdos de un líder
Paredes no dudó en mencionar a Russo, ese estratega que guió al equipo a la gloria. “Miguel, con su sapiencia y su manera de dirigir, me enseñó a ser un guerrero en la cancha”, dijo el volante, como un mártir recordando a su caudillo. La admiración que siente por el técnico es palpable; su voz se quiebra al mencionar las tácticas que le enseñó, esas que lo hicieron crecer como jugador y como persona. Comparó a Russo con un maestro de la vida, un faro en medio de la tormenta que son los partidos de alta presión.
Como si estuviera reviviendo momentos épicos, Paredes recordó jugadas decisivas: “Ese pase milimétrico que le di a un compañero en la última final, fue algo que jamás olvidaré”. Sus palabras son un torrente de sensaciones, pasión desbordante que llegan directas al corazón de los fanáticos. Y no es para menos; el ‘10’ sabe que cada encuentro es una batalla donde se deja todo.
Con cada frase, este talentoso futbolista logra evocar la esencia de lo que significa ser parte de Boca: el orgullo, la rivalidad y esa mística que solo se vive en la Bombonera. El amor por su club brilla con fuerza, y mientras los hinchas escuchan, sienten que Paredes es uno de los suyos, incluso desde la distancia. La historia continúa, pero su alma xeneize siempre estará presente en cada pase, cada gol y cada victoria. ¡Vamos Boca!
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