¡Se prendió fuego el cilindro! En un partido que sacudió las emociones de todos los hinchas, Nicolás Lamolina, el árbitro del electrizante encuentro entre Racing y Barracas, salió a dar la cara y explicar las polémicas decisiones que tomó dentro de la cancha.

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La chispa que encendió el partido
Desde el primer minuto, el partido fue un hervidero. ¿Y cómo no? Cuando la pasión de los equipos se enfrenta, el resultado es un espectáculo digno del mejor teatro. Lamolina fue quien tuvo que tomar decisiones que hicieron estallar las tribunas, y vaya si lo logró.
El penal que levantó polvareda
Nos encontramos en el segundo tiempo, y el ambiente ya estaba caldeado. Un choque en el área de Racing y… ¡penal para Barracas! Como un rayo en un cielo despejado, la decisión de Lamolina dejó boquiabiertos a los académicos. «Lo vi claro, fue contacto», explicó el árbitro con seguridad, mientras los hinchas cantaban a todo pulmón.
La mano que no fue
El momento más candente llegó cerca del final, cuando una posible mano de Barracas desató la locura. Lamolina, firme como un bastión, desestimó los reclamos. «No hubo intención, fue desafortunado», declaró. ¡Y el rugido de la hinchada se escuchó hasta en el Obelisco!
El veredicto final
Nicolás Lamolina, en la caldera del Cilindro, no se achicó y defendió sus decisiones como un león en la selva. «Cobramos lo que vimos. El fútbol es así, pura emoción y controversia», concluyó entre una lluvia de cánticos y banderas ondeando al viento.

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Así fue como los corazones latieron al ritmo del balón y las decisiones de Lamolina, demostrando que en el fútbol argentino, cada partido es una batalla épica llena de magia y pasión. ¡Hasta la próxima, cuando el balón vuelva a rodar y la pasión nos vuelva a encontrar!
