¡Atención, boquenses de corazón! Marcos Rojo, el león indomable de la zaga xeneize, parece estar escribiendo su último capítulo en la Bombonera. Un ciclo que ha sido una montaña rusa cargada de momentos inolvidables, está dando señales de su ocaso. ¿Qué está pasando con nuestro defensor aguerrido?

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Los vientos del adiós
Cuando el hormigón de la Bombonera retumba y la Doce alienta con el alma, Rojo ha sido un gladiador en cada batalla. Pero en el teatro de los sueños boquenses, el telón parece estar bajando para el defensor, quien ha sido un bastión firme como un roble. Entre lesiones que han puesto el freno a su gallardía y decisiones tácticas del todopoderoso técnico, su lugar en el equipo está en la cuerda floja.
Lesiones y decisiones
Un guerrero siempre está expuesto a las heridas del campo de batalla, y Rojo no ha sido la excepción. Esas lesiones que lo han dejado fuera de combate más de una vez, como un cuchillo filoso que corta las esperanzas, han sido un protagonista no deseado en esta historia. Las decisiones del técnico, cual jugada maestra de ajedrez, han llevado a replantear su rol en el equipo.
El clamor de la hinchada
¡Bum! Se siente la pasión desbordante de una hinchada que todavía sueña con ver a su capitán volver a levantar copas y cortar redes. Pero a veces la pelota no rueda a nuestro favor. Desde las tribunas se escucha el murmullo de deseos encontrados, la esperanza de ese último gol y la ovación que queda en suspenso.
Marcos Rojo, un nombre que ha resonado en los corazones boquenses, ¿se despide dejando atrás un legado de garra y sudor? Mientras la incertidumbre flota en el aire, la Bombonera espera con expectativa el desenlace de esta historia que ya ha dejado una huella imborrable. ¡El tiempo lo dirá!

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