En una noche que prometía emociones fuertes en la Docta, Instituto desató la fiesta en su casa al imponerse a San Lorenzo en un partido electrizante por el Torneo de la Liga Profesional. En un duelo para el recuerdo, el equipo cordobés no solo ganó, sino que lo hizo mostrando una garra y coraje de aquellos que te erizan la piel. ¡En el Monumental de Alta Córdoba retumbaba el «ooooh!» de la hinchada!
El Dominio del Glorioso
Desde el primer minuto, Instituto salió con todas las luces encendidas, llevando la pelota al pie como los dioses, llenando de nervios al conjunto azulgrana. El juego vistió de rojo y blanco, con una posesión de balón que era pura poesía en movimiento. ¡El pase va, el pase viene, y los rivales se desvanecen como el humo!
- Minuto 25: La hinchada explotó de emoción cuando el capitán, cual caudillo en su mejor día, sacó un derechazo mortífero que se clavó en el ángulo.
- Minuto 48: Un error en la defensa de San Lorenzo casi se convierte en otro gol para la Gloria, pero el travesaño dijo «no». ¡El «uh» rebotó en todos los rincones!
San Lorenzo, Entre las Cuerdas
El Cuervo intentó con todo su arsenal, pero la defensa local estaba más firme que nunca. ¡Cada intento de ataque lo bloqueaban como pared de piedra! San Lorenzo buscaba y buscaba, pero no había caso: el medio campo de Instituto parecía un terreno minado.
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Gago aclara su futuro: ¿Posible regreso a Boca en el horizonte?- Minuto 60: Feroz contragolpe del equipo cordobés que casi termina en una joya de gol, pero el arquero visitante lo evitó con una atajada milagrosa.
- Minuto 78: En un quite preciso, el 5 local robó el balón y montó una jugada digna de ser pintada en un mural. ¡El estadio era un volcán en plena erupción!
El Pitazo Final y el Delirio Cordobés
Al sonar el silbato del árbitro, la Gloria desató un carnaval interminable. La hinchada estalló en un fervor que se sentía en cada rincón de la ciudad. La victoria no solo sumó tres puntos, sino que reafirmó el poder de Instituto en su tierra, dejando en claro que en Córdoba manda la Gloria. ¡Qué noche, señores! ¿Quién dijo que el fútbol no es una fiesta?
