¡Explosión de emociones en el Palacio Ducó! En una noche de fútbol vibrante y llena de pasión, Huracán se llevó una valiosa victoria contra Belgrano, colocándose en la cima del Torneo de la Liga. Una actuación que fue más intensa que un tango en una noche de tormenta.
El Globo vuela alto
El ambiente en el estadio fue una auténtica caldera. Desde el pitazo inicial, se sintió esa electricidad en el aire, esa chispa que anunciaba que algo grande estaba por suceder. Huracán salió como un trueno, decidido a demostrar por qué es uno de los grandes protagonistas del torneo.
Un primer tiempo de infarto
El primer tiempo fue una lluvia de emociones. Las gambetas de los jugadores de Huracán parecían pinceladas en un lienzo, perfectas y armoniosas. Y vaya que surtieron efecto, porque a los 25 minutos, el delantero estrella de Huracán, Juan Manuel García, se mandó un golazo de antología. ¡Un zapatazo desde fuera del área que hizo retumbar las tribunas! El arquero de Belgrano, como estatua de sal, no pudo más que mirar esa pelota que se incrustó en el ángulo.
Segunda mitad, corazón y coraje
El segundo tiempo no fue para corazones débiles. Belgrano salió con todo, buscando el empate con ímpetu y garra, pero se chocó una y otra vez con una defensa de Huracán sólida como un muro de granito. Cada ataque, cada intento de gol de los cordobeses, era como un martilleo constante, pero los de Parque Patricios resistieron como leones.
El broche de oro
Para ponerle la frutilla del postre, al minuto 89, ¡cuando ya todos respiraban con alivio porque se sentía la victoria!, un contraataque fulminante de Huracán dejó en evidencia la solidez de su juego. Franco Cristaldo culminó la jugada con un tanto que hizo explotar de alegría a todo el estadio. ¡Goooool! El grito atronador se escuchó en toda la ciudad, sellando la victoria por 2-0 y asegurando el primer puesto en la tabla.
El Puntero indiscutido
Con esta victoria, Huracán se ubica en lo más alto del Torneo de la Liga. Una posición soñada y merecida por el esfuerzo y el juego vistoso que han mostrado en cada partido. La gente del Globo ya empieza a soñar, a imaginar ese título que parece cada vez más cercano. ¡Vamos, Huracán! ¡El cielo es el límite!
Con el alma quemera inflada de orgullo, los hinchas despidieron al equipo con cánticos y ovaciones. Una noche mágica, de esas que quedan grabadas en la memoria por siempre.