¡Qué jornada la del Torito y el Globo, señoras y señores! El Torneo de la Liga nos tenía reservada una de esas noches en las que la pasión y el dramatismo del fútbol argentino se apoderan de todos nosotros. Huracán, con el sueño de acercarse a la punta, sacudió el césped del Estadio Tomás Adolfo Ducó, pero Godoy Cruz estaba decidido a dar pelea. El empate 1-1 dejó a los de Parque Patricios con un gusto agridulce en la boca, viendo cómo se escurrían las oportunidades de liderazgo entre los dedos.
El partido: un tira y afloja electrizante
Desde el pitazo inicial, el Globo salió con el cuchillo entre los dientes, urgidos por la necesidad de sumar tres puntos vitales. Parecía que los muchachos de Dabove tenían el viento a favor cuando Franco Cristaldo, con un tiro libre que fue medio poema, metió un derechazo al ángulo. ¡Qué golazo, papá! Los hinchas deliraban en las tribunas.
Reacción del Bodeguero
Pero Godoy Cruz, lejos de bajar los brazos, se levantó como un león herido. La respuesta vino de un corner al segundo palo, donde Guillermo Ortiz—como un fantasma en la niebla—metió el cabezazo de su vida. ¡Bum! Empate y a barajar y dar de nuevo. El empate reavivó el fuego en el campo de juego, transformándolo en una auténtica batalla campal futbolística.
Decisiones y jugadas polémicas
El árbitro no se quedó atrás en emociones, con decisiones que sacaron chispas y cánticos de la tribuna. Varias tarjetas amarillas volaron como confites en un casamiento, y una de ellas dejó a Huracán con uno menos hacia el final del encuentro. La expulsión de Santiago Hezze puso más picante al asunto, pero también le cortó las alas a cualquier intento de victoria del conjunto local.
Las emociones del final
En los últimos minutos, el estadio era un hervidero de ansiedad. Cada avance del Globo era una apuesta al todo o nada, mientras los Tomba defendían con uñas y dientes ese punto que también les era valioso. Lamentablemente para los de Parque Patricios, la pelota se negó a entrar otra vez, dejando un sabor amargo y la sensación de haber dejado pasar una oportunidad dorada.
Así se nos fue otra fecha con el corazóooon en la boca, pero esto es el fútbol, señores. Así de imprevisible, así de emocionante. Ahora, la próxima jornada se viene con más nervios y más pasión, porque este torneo es un todos contra todos y hasta el último pitazo, todo es posible.