¡Independiente está en la cuerda floja y Gustavo Quinteros no se anda con rodeos! El técnico, con la pasión que le corre por las venas, pidió a todo el pueblo rojo que mantenga la calma y confíe en el proceso. Sí, la cosa está más picante que un tango en la Bombonera, pero, como quien dice, no hay mal que por bien no venga.
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El clamor del estratega: ¡paciencia y fe!
«¡Muchachos, esto recién empieza!», exclamó Quinteros con la voz en alto, como un relator en el último minuto de un clásico. El DT sabe que el camino está lleno de baches, pero también está convencido de que, poco a poco, el Rojo recobrará su brillo. Como quien espera el asado durante el entretiempo, el mensaje fue claro: paciencia.
El juego como reflejo de la lucha
En la cancha, Quinteros está forjando un equipo que pelea cada pelota como si fuera la última milanesa en la mesa del domingo. Los jugadores se deslizan con habilidad, buscando desplegar un fútbol que enamore a la hinchada, aunque el marcador a veces no refleje la entrega. «Estamos en el horno», dirán algunos, pero el técnico no baja los brazos.
Decisiones firmes: El entrenador ha tomado decisiones estratégicas que buscan consolidar al equipo en todas sus líneas. Desde ajustar la defensa, que en ocasiones parece un colador, hasta reavivar el ataque con un dinamismo que recuerda a los viejos tiempos de gloria.
Un pedido al hincha de corazón
Gustavo hizo un llamado a los hinchas, esos que agitan las banderas desde la popular como si fueran fuegos artificiales en un feriado patrio. «Esto es Independiente, señores, y juntos lograremos que el rojo resplandezca en lo más alto otra vez». Y como el mate bien cebado, el sentimiento no se enfría.
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Con esperanza y garra, Quinteros sigue adelante, convencido de que cada paso, aunque pequeño, acerca al gigante rojo a recuperar el trono que nunca debió dejar. ¡Vamos Rojo! ¿Te lo vas a perder?
