Avellaneda, la cuna de Racing, se vistió de gala y emoción para homenajear a uno de sus ídolos más queridos: ¡el inmortal Gustavo Costas! Este hombre que, cual huracán de pasión, supo arrebatar alegrías a su querido Racing ahora ha sido nombrado ciudadano ilustre de la ciudad. ¡Qué emoción gigante embarga a Avellaneda!

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Un reconocimiento merecido
En el corazón de Avellaneda, donde late a todo ritmo el fútbol, se ha rendido tributo a un verdadero gladiador del deporte. Gustavo Costas, una figura emblemática, se lleva este honor a casa como una merecida medalla de oro. Y es que no es para menos, este hombre llevó los colores de la Academia pegados al alma, como si de una segunda piel se tratase. Hoy, a sus espaldas, carga con el cariño y la gratitud de toda una ciudad que le declara: ¡eterno capitán!
El legado de un guerrero celeste y blanco
Desde sus días sobre el césped, Gustavo no ha hecho más que dejar una huella imborrable, como marcan los relámpagos en un cielo oscuro. Desde las gradas del Cilindro, la hinchada entonaba su nombre con ardor, mientras la magia de sus pies hacía delirar al estadio entero. Y es que sus jugadas eran como piezas maestras de un ajedrez que solo él entendía, desarmando defensas con la astucia de un zorro y la elegancia de un bailarín.
Una ceremonia llena de pasión
El acto, llevado a cabo con un fervor digno de una final de campeonato, estuvo colmado de aplausos y gritos de euforia que resonaban como un golazo en el último minuto. Las lágrimas de Gustavo, combinadas con las de sus seguidores, eran un mar de sentimientos que inundaba el ambiente. ¡Avellaneda entera fue una fiesta enorme!
Así, entre palmas y abrazos sinceros, este reconocimiento corona una carrera llena de esfuerzo y amor por el fútbol. ¡Gustavo Costas es y será siempre el orgullo de Avellaneda!

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Que esta nominación sea solo la cereza del postre para un hombre que, como él, vive y respira fútbol. ¡Vamos, ídolo, por siempre celeste y blanco!
