¡El fútbol argentino está que arde! Gustavo Costas, con el corazón en la mano y el fuego en la mirada, volvió a dejarlo clarito como el agua: «Lo de Salas dividió todo». En un clima que casi se puede cortar con un cuchillo, el míster no se guardó nada.
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El Sacudón de Salas
La cancha parece un campo de batalla donde cada decisión vale oro. Y lo de Salas fue el sismo que hizo temblar todo el campamento. Costas, cual estratega en plena guerra, enfatizó que la elección de Salas fue como tirar una bomba al medio de la paz del equipo. ¡Pum! Así de explosivo fue el asunto.
Un Escenario de Alta Tensión
Con una hinchada que palpita en cada latido y un plantel que busca la gloria, Gustavo siente que el equipo está partido como un tango triste. La atmósfera es electrizante, como si un rayo hubiera cruzado el cielo del club, dejando tensión en el aire. La política de las decisiones ha generado una grieta, como un río caudaloso en medio del equipo.
- Pasión a flor de piel: Las palabras de Costas retumban como un bombo en la hinchada.
- Decisiones al límite: Salas ha movido fichas que parecen haber desatado una verdadera tormenta.
Una Llamada a la Unidad
A pesar del revuelo, Gustavo no pierde la fe. ¡Alienta como si estuviera en la popular! La esperanza es un faro en la noche, y el llamado a la unidad resuena en los pasillos: ¡hay que remar todos para el mismo lado o el barco va a zozobrar!
Con la pasión que caracteriza al fútbol argentino, cada entrenamiento es una obra de arte y cada partido, una final del mundo. ¡Vamos, que todavía hay mucho por jugar!
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