¡Una tarde cargada de emociones en La Plata! El conjunto de Gimnasia salió al campo con la firme intención de llevarse los tres puntos, pero se topó con un Riestra que no se la hizo fácil. El estadio se convirtió en un hervidero de pasiones, donde cada jugada fue una montaña rusa de sensaciones para los hinchas del Lobo.
Un primer tiempo de pura adrenalina
Desde el pitazo inicial, Gimnasia salió con todo, como si tuviera un motor a propulsión. Los jugadores del Lobo se movían como bailarines en una coreografía perfecta, dominando la pelota y creando oportunidades como si llovieran. ¡Pam! A los 15 minutos, un cañonazo de Alemán puso a todos de pie, pero el travesaño dijo «no» con un sonido seco que hizo eco en todo el estadio. La hinchada estalló en un clamor de aliento que resonaba como tambores de guerra.
Una respuesta inesperada
Riestra, lejos de achicarse, demostró tener garras. En un contragolpe fulminante, casi silenciosos como un felino acechando a su presa, lograron inquietar a Rey, el arquero de Gimnasia, que tuvo que estirarse como elástico para desviar un remate que llevaba destino de gol. ¡Qué atajada, señores!
El complemento, una batalla encarnizada
El segundo tiempo trajo más emociones. Gimnasia siguió arremetiendo como un torbellino, buscando abrir el marcador para sellar su victoria. Sin embargo, Riestra plantó bandera en defensa, cerrando los caminos como si fueran murallas de un castillo impenetrable.
- A los 60 minutos, una chilena magnífica de Loayza casi rompe el cero, pero el arquero Vega voló como un superhéroe para evitar el gol.
- Minuto 75, Daian García tuvo la suya cara a cara con el arquero, pero Vega volvió a vestirse de héroe.
Cerca del final, el estadio temblaba con cada ataque, cada pase, cada suspiro. ¡Boom! Un remate de Alemán pasó rozando el poste en el último suspiro del partido. El desenlace se palpaba en el aire, pero el gol se hizo esquivo para ambos equipos.
La hinchada, el jugador número 12
La 12 seguía cantando, alentando hasta el último segundo. Salieron del estadio con el corazón en la mano, sabiendo que su equipo dejó todo en la cancha. Gimnasia empató, pero guerreó hasta el fin, en una tarde donde el fútbol volvió a ser una fiesta de emociones para todos los presentes.
En La Plata, se vivió un auténtico partidazo, un empate con sabor amargo para los locales, pero con la promesa de que, al final del camino, aún hay mucho fútbol por jugar. ¡Vamos Lobo!
