En la calurosa arena de las redes sociales, donde cada posteo es un grito al viento digital, Frank Fabra ha dejado entrever su melancolía de forma conmovedora. El lateral izquierdo de Boca Juniors, tan veloz como un relámpago y de gambetas tan impredecibles como la lotería, parece ser la nota discordante en la sinfonía del equipo actual. ¡Oh, el talento futbolístico, ese caprichoso amante!

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La melancolía de un gladiador ausente
Con una sonrisa que siempre fue capaz de iluminar la mismísima Bombonera, Fabra ha compartido un instante de su vida junto a su hijo. Un retrato de dos almas juntas, pero con una chispa de tristeza que ni las mejores gambetas logran esquivar. En el posteo, como un tango de Gardel, su corazón latiendo fuera del pecho, el colombiano mostró esa pena que no necesita traducción: la de no ser convocado por su amado Boca, donde su ausencia resuena como un tambor en un estadio vacío.
Un posteo que clama al cielo
En un espectáculo donde ni el VAR ni el análisis táctico tienen lugar, las emociones se despliegan sin filtros. El hijo, mirándolo con admiración, representa la esperanza de un mañana mejor. Cada palabra de Fabra en el post está cargada de la pasión de quien vivió su amor futbolístico con intensidad de volcán en erupción, pero ahora siente el frío invierno de la no convocatoria. Es como esas jugadas magistrales que, al final, el offside termina sorprendiendo.
Soñando con un regreso soñado
En la cancha de la vida, donde no hay tiempo extra ni penales de desempate, Fabra espera volver a ser el caudillo que su hinchada recuerda, demostrando en cada vuelta al entrenamiento que su fútbol bien merece un bis en el elenco titular. Y así, con el coraje de un león y la fe de quien sabe que cada partido es una nueva oportunidad, Frank sigue adelante, soñando con el día en que vuelva a rugir en la gloriosa Bombonera. ¡Vamos, campeón! La hinchada te espera con los brazos abiertos. ¡BOOM!
