Fabbiani fue expulsado en Newell’s vs. Estudiantes: el desahogo de un técnico a pura pasión

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La noche del sábado fue de esas que se cruzan en la memoria de los hinchas. Newell’s se enfrentaba a Estudiantes y, como si fuera parte de un guion de película dramática, las emociones no tardaron en desbordar. En el centro de la tormenta, Cristian Fabbiani, el «Ogro», fue protagonista de un episodio que dejó a más de uno con el corazón en la mano.
El clima en el Coloso Marcelo Bielsa ya era un cóctel explosivo. Las tribunas vibraban, el hincha leproso se hacía sentir y en el campo de juego, la tensión era palpable. Todo iba bien hasta que, en un instante, se desató la locura: Fabbiani vio la tarjeta roja tras una jugada desafortunada, que dejó a sus compañeros con la boca abierta. ¡Gritos, suspiros, un mar de emociones recorrieron el estadio! El “Ogro”, conocido no solo por su habilidad, sino también por su carácter guerrero, se quedó mudo frente al árbitro, mientras el público estallaba en una mezcla de indignación y desconcierto.
### El Clamor de un Técnico
Tras el partido, el técnico de Newell’s no dejó piedra sin mover. En declaraciones que parecían sacadas de un discurso de fútbol de barrio, expresó su frustración: “No puedo entender cómo se toman decisiones tan apresuradas. Fabbiani es un gladiador, un guerrero que da todo en la cancha, y esto es un golpe bajo. ¡Estamos en tiempos de guerra, no podemos permitirnos eso!».

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Con cada palabra, su voz retumbaba como un tambor en el corazón de los hinchas, quienes sentían cada queja como un grito de guerra. “El equipo luchó, dejó todo en el campo, y perder a Fabbiani fue como quedarnos con un pie afuera de la batalla”, añadió, gesticulando con las manos, como si vendiera humo en una plaza llena. “Nosotros somos Newell’s, no nos rendimos. Esta es nuestra casa y pelear hasta el final es nuestra bandera”.
### El Rostro de la Pasión
El partido continuó con un sabor amargo, y aunque el resultado final no fue el esperado, el espíritu del equipo fue algo digno de celebrar. La expulsión de Fabbiani, lejos de amedrentar, sirvió para encender la llama en el corazón del plantel y de la hinchada. Cada pase, cada jugada, resonaba con la urgencia de un grito: la lucha jamás se detiene.
Con la mirada fija en lo que viene, Newell’s se prepara para seguir rodando. La gente lo sabe: no importa los tropiezos, ¡Esto es fútbol! ¡Esto es Newell’s! ¡A seguir luchando, leprosos! 💪⚽️
