¡Vibrante! Eso fue lo que vivimos ayer en el clásico de Barrio, un verdadero espectáculo de emociones y pasión que tuvo lugar en el Nuevo Gasómetro. San Lorenzo y Huracán, esos históricos rivales que nos hacen latir el corazón con sus enfrentamientos, no defraudaron y nos regalaron un empate electrizante con goles venidos desde el más allá de la pelota parada.
Un Clásico con Efecto Explosivo
El partido comenzó como una caldera a punto de estallar. Ambos equipos salieron al terreno de juego con la garra y el cuchillo entre los dientes, y no tardaron en darle dinamismo al espectáculo. Las tribunas estaban a full, llenas de hinchas que no paraban de alentar, creando un ambiente increíble.
El Primer Gol en Pelota Parada de San Lorenzo
Corría el minuto 24 cuando San Lorenzo se adelantó en el marcador. En una jugada que pareció salida de un manual de estrategia, Ortigoza, el maestro del balón quieto, ejecutó un tiro libre perfecto. La pelota voló por el aire como una flecha hasta encontrarse con la cabeza de Gattoni, quien no tuvo misericordia y la mandó a besar las redes con un potente cabezazo. ¡GOLAZO! El estadio explotó en un grito ensordecedor, y los cuervos festejaron con locura.
Huracán Empata con Corazón y Técnica
Pero Huracán no se quedó atrás. Ya sabemos que el Globo nunca da nada por perdido. Apenas diez minutos después del gol de San Lorenzo, los dirigidos por Dabove encontraron la llave para abrir el cerrojo azulgrana. Fue Fattori quien se lució con un tiro libre quirúrgico, ejecutado con la precisión de un reloj suizo, que dejó sin respuestas al arquero Torrico. ¡Uno a uno y el clásico volvía a latir con fuerza!
Momentos Decisivos y Polémicas
El segundo tiempo no tenía desperdicio. Hubo de todo: jugadas polémicas, amonestaciones varias y atajadas de antología. En el minuto 67, una mano en el área estuvo cerca de decantar la balanza para San Lorenzo, pero el árbitro no pitó penal y las protestas no se hicieron esperar. ¡El estadio era una caldera de emociones!
Cierre a todo o nada…
Los últimos minutos del partido fueron puro nervio. Ambos equipos se tiraron con toda la carne al asador para intentar conseguir el gol del triunfo, pero las defensas se hicieron gigantes y cerraron el telón con candado. Al pitazo final, el empate quedó sellado y las tribunas se vaciaron con el eco de la gran batalla vivida.
¡Y así terminó otro clásico entre San Lorenzo y Huracán, empate que dejó a los dos equipos con sabor a poco pero con la moral en alto para seguir luchando en este torneo tan emocionante!