Driussi deslumbró y llevó a River a un triunfo emocionante ante Godoy Cruz, donde su talento brilló como el sol en un día de primavera. Con dos golazos que quedarán grabados en la memoria de todos los hinchas, Sebastián Driussi se convirtió en la figura indiscutible de la noche, demostrando que cuando tiene la pelota, el fútbol es pura poesía en movimiento.
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Un arranque explosivo
La “Banda” salió a la cancha como un verdadero huracán, dispuesta a arrasar con todo. Desde el silbato inicial, se sentía la energía en el aire, y los hinchas ya sabían que tenían en Driussi a su principal artífice. Primero vino el primer gol, un verdadero bombazo: recibió en la mitad de la cancha, hizo un par de amagues de esos que te dejan sin aliento y, con un toque sutil, la colocó en el ángulo izquierdo del arco de Godoy Cruz. ¡Gooool! El Monumental estalló como una olla a presión.
El segundo golpe
Pero Driussi no se conformaba con solo uno. A los pocos minutos, tras una jugada colectiva digna de un ballet, se encontró nuevamente frente al arco rival. Con una serenidad que desafiaba la presión del momento, encaró al arquero, lo hizo bailar con un amague y definió con un tiro que fue puro fuego. ¡Boom! Otro gol que resonó en los corazones de los riverplatenses como un grito de guerra.
La noche riverplatense
Los minutos corrían, pero el espectáculo no se detenía. River, con el viento a favor y un Driussi inspirado, dejó en claro que este no era solo un partido más; era una declaración de intenciones. El equipo mostró una química asombrosa, con un juego donde cada pase era un susurro de calidad y cada remate un rugido de pasión. La afición, enloquecida, alzaba la voz en un coro unísono: “¡Driussi, Driussi!”
Mientras el árbitro pitaba el final, la ovación se transformaba en un verdadero torrente de euforia. Driussi, con su sonrisa de satisfacción, sabía que había regalado un espectáculo digno de la historia riverplatense. La noche terminó, pero su huella quedará para siempre grabada en la memoria de los hinchas, como un hermoso mural pintado con amor y talento.
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Y así, River Plate se llevó otra victoria, y Driussi, el hombre del momento, se erigió como el héroe de la jornada. ¡Viva el fútbol!
