La pasión de Racing por Marcos Rojo crece como la espuma. Costas, el director técnico, tenía claro que el defensor era el eslabón que le faltaba a la cadena racinguista. ¡Y qué mejor que el propio Rojo para contar la historia!

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Un deseo ferviente
«Desde que empecé a hablar con el técnico, supe que quería contar conmigo», reveló el ícono de la defensa. Con esa chispa en los ojos, el jugador desentrañó los motivos que lo llevaron a elegir Racing por sobre otras ofertas. ¡Una decisión que suena a música celestial para los hinchas académicos!
Un técnico que sabe lo que quiere
La relación entre Costas y Rojo se palpaba en el aire, casi como un tango bien bailado en el Obelisco. Costas sabía que el compromiso y la lucha de Rojo eran como un muro inquebrantable en la zaga defensiva. «Me soltó que en Racing, la entrega y el sacrificio no son una opción, son un requisito. Y eso a mí me vuelve loco», confesó el central.
Cada encuentro en el que Rojo saltó al campo se convirtió en un verdadero espectáculo. Con su imponente figura, cortaba los avances del rival como un cuchillo caliente sobre la manteca. ¿Te acordás de ese partido contra Boca? Esa intervención suya que salvó un gol cantado fue tan electrizante que hizo temblar al estadio. ¡Un verdadero gladiador!
Un nuevo desafío
Decidir llegar a Racing representa no solo una oportunidad de brillar, sino también un sueño cumplido. «Este club es historia, es corazón y, sobre todo, es pasión», expresó el defensor, dejando claro que es consciente del peso de la camiseta. Con una sonrisa de oreja a oreja, Rojo aseguró: «Voy a dejar todo en la cancha, como siempre lo hice. ¡Esto está apenas comenzando!»

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Y así, con esa determinación y ese espíritu indomable, se vislumbra un futuro cargado de promesas en la Academia. El viento sopla a favor de Racing, y con Rojo como estandarte, la afición puede soñar en grande. ¡Que suenen los bombos! ¡Que empiece el show!
