¡Tremendo lo que se vivió en el Monumental! En un partido electrizante por el Torneo de la Liga, River Plate y Lanús se vieron las caras en un duelo que dejó a todos con el corazón en la boca. Y sí, la polémica estuvo a la orden del día, como si de un telenovela se tratara, con un momento que desató la furia y el clamor de todo el estadio: ¿Era penal?
El momento de la discordia: ¿mano o no mano?
En una jugada que tuvo a más de uno conteniendo la respiración, Luciatti puso la mano en el área y todo River —y cuando digo todo, es todo— lo pidió con alma y vida. ¡Parecía que el Monumental explotaba! El balón pareció encontrar el brazo del defensor como imán a la nevera. Los jugadores de River, como furiosos leones en la selva, se lanzaron sobre el árbitro reclamando el penal con un fervor que sacudió hasta las gradas.
El árbitro en el ojo de la tormenta
La decisión del árbitro, que negó el penal, fue como echarle leña al fuego. Los fanáticos millonarios no pudieron contener la bronca, y el grito de «¡Penal, penal!» resonó como un eco ensordecedor. Una escena digna de un drama griego con protagonistas argentinos. El ambiente estaba tan cargado de tensión que se sentía como si una tormenta eléctrica hubiese caído sobre el Monumental.
- Minuto 62: En una jugada rápida, el balón fue disparado al área de Lanús.
- Luciatti, en un intento desesperado por defender, levantó el brazo demasiado alto.
- El balón golpeó su mano de manera clara, según los hinchas locales.
El pedido al VAR: una intervención divina
La tecnología también se hizo presente en este culebrón futbolero, y el VAR fue solicitado a gritos por jugadores y aficionados. Como si invocaran a los dioses del Olimpo moderno, todos esperaban un milagro tecnológico que les diera el ansiado penal. Pero el árbitro, fuerte como un roble en su decisión, mantuvo su postura.
El impacto en el partido
Esta jugada no fue solo una anécdota; fue el punto de inflexión. River, embravecido por la decisión, atacó con más fuerza y furia. Lanús, por su parte, se replegó como pudo, aguantando el chaparrón de camisetas rojas y blancas que se les venía encima.
- River intensificó sus ataques, buscando el gol que les diera la ventaja.
- Lanús, con nervios de acero, defendió su área con uñas y dientes.
- El público no dejó de alentar ni un segundo, convirtiendo el Monumental en una caldera a punto de estallar.
Conclusión: un match cargado de emociones
El encuentro terminó sin que esa jugada se olvidara, dejando a todos con el debate caliente: ¿Era penal? Los hinchas de River se fueron con la sensación de haber sido privados de una oportunidad dorada, mientras que Lanús respiró aliviado por haber sobrevivido a la tormenta. ¡Qué noche de fútbol, señores! Así es este hermoso deporte en la Argentina, ¡pura pasión y emoción hasta el último segundo!