Las luces del estadio estallaron en un fulgor deslumbrante cuando el reloj marcó el minuto 70. En un Boca que buscaba desesperadamente una salida en el mar tempestuoso que había propuesto Barracas Central, apareció él, Battaglia, como un rayo en medio de la tormenta. ¡Qué momento, che! Con la camiseta azul y oro, se despegó de su marcador y, como un ave fénix renaciendo de sus cenizas, se encontró solo ante el arco. Sabiendo que los corazones de miles latían al unísono, el «9» de Boca no dudó: ¡la red gritaba su nombre!

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Un gol que retumbó en La Bombonera
La jugada comenzó en la mitad de la cancha. Una serie de pases precisos y rapidísimos que cortaron la defensa del rival como un cuchillo a la manteca. El balón llegó a sus pies y, con la calma de un maestro de ajedrez, Battaglia se metió en la cabeza el objetivo: marcar. ¡Qué nobleza la de este pibe! Sabiendo que la hinchada no podía esperar más, se lanzó hacia adelante. La pelota bailó entre sus piernas, y en un suspiro, la mandó a guardar con un toque suave, pero incisivo, que hizo temblar las redes.
¡Goooool! – retumbó en La Bombonera como si se tratara del eco de una orquesta sinfónica. Cada rincón del estadio vibró, y en ese instante, el amor por la camiseta se sintió más fuerte que nunca. La pasión se desató y la grada se convirtió en un volcán en erupción. El «9» lo sabía, y, alzó los brazos al cielo, como si quisiera abrazar a cada hincha presente.
El abrazo de la familia Xeneize
No solo fue un gol, fue el desahogo de una hinchada que padece de ansiedad, un grito que contenía meses de espera y esperanzas. Battaglia corrió hacia la tribuna, donde miles de almas esperaban su hazaña. Allí, entre aplausos y cánticos, dio rienda suelta a la emoción, se tiró contra el suelo y dejó que la euforia lo consumiera. ¡Vaya festejo el de este pibe! Un verdadero gladiador que demostró que, en Boca, con garra y corazón, todo se puede.
Esa jugada, esa conexión entre el jugador y la hinchada, fue el fiel reflejo de lo que significa ser parte de este club. Como un viejo tango que nunca pasa de moda, el espíritu xeneize siempre se renueva y hoy, con Battaglia como figura estelar, quedó claro que este campeonato promete ser un verdadero espectáculo. ¡Vamos, Boca! ¡A dejar la vida en cada partido!

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