¡Ay, amigo! Si algo nos queda claro después de escuchar a Ávalos en ESPN F12 es que el fútbol no es para los tímidos, ¡es una danza vibrante de emociones y pasiones! Con el corazón en la mano, el delantero no tuvo pelos en la lengua y lo largó sin anestesia: «Estos tres partidos, no demostramos lo que queremos ser». ¡Buuum! Así, con esa sinceridad que te pone la piel de gallina, Ávalos dejó la duda en el aire como una hoja de otoño que cae despacito pero seguro.
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Un Autocrítico con Alma de Luchador
Como quien da vuelta un asado para que no se queme, Ávalos puso sobre la mesa lo que todos sentíamos. Esos tres partidos han sido un vértigo de emociones y desencuentros, donde las jugadas no se conectaban, como un rompecabezas al que le faltaban piezas.
- Primer partido: Un inicio desafinado, parecido al del tango que suena más triste de la cuenta.
- Segundo partido: Se intentó, se luchó, pero la pelota parecía tener vida propia, caprichosa, como un potrillo que no quiere ser domado.
- Tercer partido: Aquí, mi amigo, todo fue un «ni chicha ni limonada». Las oportunidades se esfumaron como el humo de un cigarrillo en el aire.
Los Sentimientos a Flor de Piel
La voz de Ávalos resonaba como el eco en las tribunas vacías. Y cómo olvidarlo, cuando en el minuto ’90 teníamos la victoria en la mano, pero el destino nos jugó una mala pasada. Las decisiones arbitrales, como dados lanzados sobre la mesa, no cayeron de nuestro lado. ¡Injusticia! gritaban los hinchas en la tele.
El Camino que Viene
Aun con todo, no hay sueño que se derrumbe sin que una esperanza nazca. “Tenemos que volver a ser lo que éramos”, prometía. Como un Ave Fénix, se vislumbra la resurrección en cada entrenamiento, en cada palabra de aliento del equipo.
¿Será esto un renacer o acaso un último acto de una obra donde aún no se ha dicho la última palabra? Solo el tiempo lo dirá, pero como buen argentino, confiamos en que la pelota rodará a nuestro favor. ¡Vamos con todo, muchachos! ¡Queda mucho por jugar y más por soñar!
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