¡Qué noche, señores! ¡Qué noche se vivió en el Monumental José Fierro! Atlético Tucumán armó otra fiesta de aquellas en su casa, haciendo vibrar a la hinchada con daikiris de gol y un fútbol de alto voltaje. Enfrente, un Racing inepto y sin brújula no pudo encontrarle la vuelta al juego y terminó sucumbiendo ante la marea celeste y blanca.
Un Primer Tiempo de Idas y Vueltas
Desde el pitazo inicial, el Decano salió con todo, como un toro enloquecido en una corrida. El balón iba y venía, como si estuviera en un auténtico ping-pong, con cruce de miradas y choques efervescentes en cada rincón del verde césped. ¡Qué espectáculo!
Minuto 23: Como un rayo, Leandro Heredia, el mago de los pases diagonales, metió un centro a lo Beckham que encontró la cabeza de Lucas Melano. ¡BOOM! ¡GOLAZO de Atlético! La tribuna explotó en un ensordecedor “¡DALE DECA! ¡DALE DECA!”. Pero Racing no se iba a quedar de brazos cruzados. En un contragolpe relámpago, Copetti se las ingenió para mandarla al segundo palo, pero ahí estaba Lucchetti, el veterano con reflejos de juvenil, para desbaratar la jugada con una atajada de antología.
Segundo Tiempo: La Consagración del Decano
El arranque del segundo tiempo fue un calco del primero, con Atlético buscando más y Racing nadando en mares de dudas. Pasado el primer cuarto de hora, un tiro libre cobrado magistralmente por Acosta dejó boquiabiertos a propios y extraños al incrustarse en el ángulo superior izquierdo. ¡Santo remedio! ¡Los hinchas deliraban, el Monumental era un manicomio de felicidad!
Con dos goles en la bolsa, Atlético Tucumán se sentía dueño y señor del partido. Mientras tanto, Racing corría como pollo sin cabeza, intentando, sin éxito, romper una defensa que parecía un muro de acero.
El Desenlace Emotivo
A medida que el cronómetro se iba consumiendo, la hinchada ya sabía que la victoria estaba en el saco. Los últimos minutos fueron a puro “olé, olé”, cantados a coro por un estadio pletórico de emociones. Cuando el árbitro pitó el final, la algarabía fue total: aplausos, abrazos, y un adiós cargado de promesas de más noches mágicas por venir.
En el fútbol, como en la vida, hay noches que quedan grabadas a fuego. La de ayer, en el Monumental José Fierro, seguro será una de ellas.¡Gracias Atlético Tucumán por una función de gala! Racing, a seguir remando. ¡El camino es largo y la pelota siempre da revancha!