¡El Gigante de Arroyito volvió a rugir con fuerza! Alejo Véliz, el delantero con alma de goleador, volvió a dejar su marca en la cancha y lo hizo con un gol que bien podría haber sido el grito de un millón de almas. En un abrir y cerrar de ojos, Central dio un giro en su suerte, cerrando una racha negativa que parecía un tango de desventuras.
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El Gol del Alma
Con la precisión de un reloj suizo y la pasión propia de un hincha enardecido, Véliz se encontró cara a cara con la gloria. Corría el minuto 72 cuando, como un rayo en la tormenta, filtró la defensa rival. El centro del campo fue un mar abierto que Alejo surcó con la destreza de un navegante experto. Al recibir el pase perfecto, como un regalo del destino, no dudó: el balón besó la red y el estadio estalló en un ¡golazo inolvidable!
Un Cambio en la Marea
El efecto fue inmediato. La energía del equipo cambió como cambia el viento en la Patagonia. «…la vida te da sorpresas…», decía el tango, y vaya si fue una sorpresa para los rivales ver a un Central lleno de vida y fuego en los ojos. Las gradas vibraban con cada latido de la multitud, mientras el plantel se unía en un abrazo colectivo, saboreando el dulce néctar de la victoria.
- El pase de pretemporada terminó siendo una bocanada de aire fresco para el mediocampo.
- La defensa, sólida como un roble, no cedió más terreno.
- El arquero, un verdadero murallón, mantuvo la puerta cerrada.
Cierre de la Mala Racha
La racha adversa finalmente fue un mal recuerdo, como una tormenta que se disipa dejando un arcoíris. Con este triunfo, Central retoma el vuelo, y los hinchas saben que ahora hay con qué soñar.
Este regreso de Véliz y su gol de la victoria son una lucecita de esperanza en el corazón de todos los canallas. ¡Que vengan más partidos, que la pasión no pare!
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