La historia se repite y avanza a pasos agigantados en Leverkusen, especialmente con Xabi Alonso al timón. Tras una segunda temporada de ensueño, donde el tolosarra conquistó la Bundesliga derrotando al Bayern de Múnich y se alzó con la Copa Alemana, aún se quedó con la espinita de la Europa League, donde cedieron ante el Atalanta.
Borrón y cuenta nueva para el Bayer
Eso sí, las buenas costumbres no se pierden y la temporada arranca con la misma tónica que la pasada campaña: Épica, remontadas y nervios de acero. Ante el Stuttgart, segundo clasificado en la Bundesliga, cerraron el primer título de la temporada: la Supercopa alemana.
Lo hicieron como siempre, con un gol del empate en el minuto 88 y tras unos penaltis tensos. ¡Todo esto, con un hombre menos desde el 37! El partido comenzó con poca tensión. Xabi Alonso optó por dejar en el banquillo a los grandes nombres de la plantilla. Grimaldo, Florian Wirtz o Frimpong vieron cómo en menos de un cuarto de hora su equipo comenzó perdiendo y consiguió el empate dos minutos después.
La expulsión que cambió todo
Tras esto, las aguas volvieron a su cauce. Lo único que removió un poco el avispero, para mal en el caso del Leverkusen, tuvo nombre y apellidos: Martin Terrier. El francés debutó de forma trágica. En el minuto 37′, entró con mucha fuerza al tobillo de Demirovic con los tacos por delante, algo que terminó en una expulsión directa tras ver la tarjeta roja.
Todo un partido cuesta arriba, pero con el efecto Xabi Alonso
Con diez jugadores sobre el campo, los planes del tolosarra se truncaron. Era muy difícil aguantar frente al segundo mejor equipo alemán de la pasada temporada. Como era de esperarse, el juego ofensivo del Bayer decayó y el equipo comenzó a ceder en defensa. Pasada la hora de juego, llegó el jarro de agua fría: gol del Stuttgart y un título que se escapaba. Algo que Xabi Alonso no podía permitir.
El revulsivo inesperado
Tocó mover el banquillo y sacar a pesos pesados como Grimaldo o Wirtz. El héroe del partido también entró en la misma ventana de cambios: Patrik Schick, el más inesperado en el momento más esperado. El ariete remachó un balón cerca de la portería, consiguió superar al guardameta del Stuttgart y volvió a desatar la locura en las gradas de los fans de la entidad farmacéutica en el minuto 88. Distinto Bayer, misma épica.
La lotería de los penaltis
En la Supercopa, con el empate ya sellado en el tiempo reglamentario, llegaban los penaltis al no tener tiempo añadido. En esa lotería, el Bayer Leverkusen volvió a tener el boleto ganador. Sellaron su primer título de la temporada con un 3-4 desde los 11 metros, avisando que la pasada campaña no fue un espejismo.
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