El querido Benjamín Domínguez lo dejó todo en la cancha defendiendo los colores de Gimnasia y Esgrima de La Plata. ¡Qué partidazo! En el primer tiempo, el «Lobo» jugó como los dioses, pero la suerte le dio la espalda y el gol nunca llegó. Domínguez, con la pasión y el coraje que lo caracterizan, lo expresó con todas las letras: «Fuimos superiores pero la pelota no quiso entrar».
El dominio del «Lobo»: Un primer tiempo de ensueño
En esos primeros 45 minutos, Gimnasia salió como un león hambriento a devorar la cancha. Los pases precisos, los toques maestros, las jugadas rápidas y las gambetas electrizantes de Domínguez hipnotizaron a todos los presentes. Si bien el equipo tuvo varias oportunidades de oro, la pelota parecía tener voluntad propia y, cual caprichosa, decidió no cruzar la línea de meta.
Lo que nos dejó el segundo tiempo
El complemento continuó con la misma tónica, aunque el ritmo frenético del primer tiempo se fue atenuando. La defensa del rival comenzó a prever los movimientos del «Lobo» y la ansiedad empezó a hacer mella en los jugadores de Gimnasia. A pesar de todo, Domínguez no dejó de correr ni un minuto, como si tuviera un motor inagotable. ¡Qué entrega, señores!
Las jugadas clave
- Minuto 15: Domínguez sacó un misil rasante que el arquero rival apenas logró desviar con la punta de los dedos.
- Minuto 36: La pelota se paseó por el área rival tras un corner, pero nadie logró empujarla. El grito de gol quedó atragantado.
- Minuto 60: Un desborde y centro venenoso de Domínguez que obligó al arquero a lucirse nuevamente.
La reflexión final
En el vestuario, las caras de los jugadores denotaban frustración, pero también un ánimo renovado: saben que si continúan jugando así, la victoria no tardará en llegar. Domínguez concluyó: «Seguimos demostrando que tenemos con qué. Esto es fútbol y la próxima vez, la pelota nos va a dar la razón». ¡Vamos Gimnasia, a seguir luchando con toda la garra y el corazón!
La hinchada, fiel e incondicional, se retiró del estadio con la certeza de que este equipo tiene la mística necesaria para dar batalla hasta el último segundo. Y así, con el aliento eterno de su gente, Gimnasia seguirá peleando en cada partido, persiguiendo el sueño sin rendirse nunca.