La derrota de River ante Sarmiento ha dejado a la hinchada con el corazón hecho trizas y a los expertos en el borde de la desesperación. Uno de los que salió al frente para exponer su sentir fue el inmenso Oscar Ruggeri, quien no se mordió la lengua: “¡Esto no es River, chicos!”, exclamó con la pasión a flor de piel. ¿Cómo se ha llegado a este punto en un equipo que, hasta hace poco, deslumbraba en la cancha?
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Una Historia de Caída y Desesperanza
Ruggeri, con su característico estilo directo y visceral, dejó en claro que la situación actual es más que alarmante. “Los jugadores deben mirarse al espejo y darse cuenta de que están en un club gigante, no en un picadero”, apuntó, mientras dibujaba una imagen de un equipo que parece haber perdido su identidad. El “Cabezón” se refirió a los puntos críticos del partido: la falta de actitud, el desconcierto en la defensa y el escaso apoyo en el mediocampo. Cada jugada perdida era como un puñal en el pecho de los hinchas, quienes no podían entender cómo el equipo que una vez arrasó con el fútbol argentino podía tropezar de esta manera.
Deficiencias Tácticas que Duelen
La táctica de juego, según Ruggeri, ha dejando mucho que desear. “¡El medio campo parece un desierto!”, enfatizó, recordando la serie de pases imprecisos y las llegadas nulas al área rival. «No se pueden permitir estos errores en un club de la magnitud de River, por favor», continuó casi a gritos, generando un eco de preocupación entre sus seguidores. La falta de liderazgo, tanto en el campo como en la banca, es una de las sombras que acechan al plantel.
Pero lo más doloroso fue ver cómo los hinchas, que cada partido llevan su corazón en la mano, salieron del Monumental con lágrimas en los ojos, como si estuvieran presenciando el ocaso de un imperio. “Es hora de que se despierte esta bestia adormecida”, clamó Ruggeri, apelando a la grandeza de una institución que no se puede permitir más tropiezos.
La hinchada, con su energía pura y la esperanza intacta, espera una reacción pronto. River Plate, con toda su historia a cuestas, debe levantarse del barro. ¡Es momento de cambiar la historia, de dejar atrás esta pesadilla y recuperar la grandeza!
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Con estas voces resonando dentro y fuera de la cancha, el futuro se presenta incierto, pero la pasión de la hinchada y la determinación de ídolos como Ruggeri nos recuerdan que, en el fútbol, la alegría y la tristeza son como dos caras de la misma moneda: hoy hay que luchar para volver a ver el oro relucir.
